Las imágenes por resonancia magnética detectan "óxido cerebral" en pacientes con esquizofrenia

Una nueva investigación ha descubierto que un desequilibrio químico dañino en el cerebro puede contribuir a la esquizofrenia.

Utilizando un nuevo tipo de medición de resonancia magnética, los neurocientíficos informaron niveles más altos de estrés oxidativo en pacientes con esquizofrenia, en comparación con individuos sanos y con trastorno bipolar.

"La demanda intensiva de energía en las células cerebrales conduce a la acumulación de especies de oxígeno altamente reactivas, como los radicales libres y el peróxido de hidrógeno", dijo el investigador principal del estudio, el Dr. Fei Du, profesor asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard.

En la esquizofrenia, se cree que la oxidación excesiva, que implica el mismo tipo de reacción química que hace que el metal se corroa y se oxide, causa inflamación y daño celular. Sin embargo, medir este proceso en el cerebro humano vivo ha sido un desafío.

Du y sus colegas del McLean Hospital midieron el estrés oxidativo utilizando una técnica novedosa de espectroscopia de resonancia magnética. Esta técnica utiliza escáneres de resonancia magnética para medir de forma no invasiva las concentraciones cerebrales de dos moléculas, NAD + y NADH, que dan una lectura de qué tan bien el cerebro es capaz de amortiguar el exceso de oxidantes.

Entre 21 pacientes con esquizofrenia crónica, Du observó una elevación del 53 por ciento en NADH en comparación con individuos sanos de edad similar.

Se observó un grado similar de elevación de NADH en la esquizofrenia recién diagnosticada, lo que sugiere que el desequilibrio de oxidación está presente incluso en las primeras etapas de la enfermedad, según los investigadores.

También se observaron aumentos más modestos de NADH en el trastorno bipolar, que comparte cierta superposición genética y clínica con la esquizofrenia.

Además de ofrecer nuevos conocimientos sobre la biología de la esquizofrenia, este hallazgo también proporciona una forma potencial de probar la efectividad de nuevas intervenciones, según Du.

"Esperamos que este trabajo conduzca a nuevas estrategias para proteger el cerebro del estrés oxidativo y mejorar la función cerebral en la esquizofrenia", dijo.

La investigación se presentó en la Reunión Anual del American College of Neuropsychopharmacology 2016 en Hollywood, Florida.

Fuente: Colegio Americano de Neuropsicofarmacología

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