La dosis de alcohol puede acelerar o retrasar la demencia

A medida que el mundo envejece y los costos médicos aumentan, una preocupación muy real es el costo futuro de la atención para las personas con enfermedad de Alzheimer (EA) y otros tipos de demencia. Históricamente, la atención de estas afecciones se ha relacionado con un gasto significativo en atención médica.

Una nueva investigación analiza los factores de riesgo del deterioro cognitivo y la demencia y cómo el consumo de alcohol bajo a moderado puede servir para proteger al cerebro del deterioro, mientras que el alcohol pesado puede destruir la función cerebral.

Un artículo de revisión de J.W. Kim en Investigación de psiquiatría resume las posibles formas en que el alcohol puede afectar la función cognitiva y el riesgo de demencia, tanto de manera adversa como favorable. La variación en los resultados depende de la dosis (cuánto alcohol consumido) y el patrón de consumo.

Mediante estudios longitudinales y de imágenes cerebrales, los investigadores han determinado que el consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de disfunción cognitiva y demencia en los ancianos. Pero la ingesta regular de alcohol de baja a moderada puede proteger contra el deterioro cognitivo y la demencia y proporcionar beneficios cardiovasculares.

Actualmente no existe un método comprobado para prevenir el deterioro cognitivo o la demencia, aunque varios estudios han demostrado un menor riesgo de tales afecciones entre los bebedores ligeros a moderados en comparación con los no bebedores.

Otros estudios han encontrado que los efectos beneficiosos se observan solo entre ciertos subgrupos de sujetos. Una revisión reciente de sujetos mayores de 65 años concluyó que el consumo de alcohol de leve a moderado, en comparación con la abstinencia, se asoció con aproximadamente un 35-45 por ciento menos de riesgo de deterioro cognitivo o demencia.

En el estudio actual, los autores afirman que su intención es determinar si existe un "patrón óptimo de consumo de alcohol" que pueda proteger a los ancianos contra la disfunción cognitiva.

En la actualidad, la forma en que la ingesta moderada de vino y otras bebidas alcohólicas reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares está mucho mejor definida que el efecto protector o perjudicial del alcohol sobre el cerebro.

Los expertos creen que se necesita más investigación para evaluar el papel potencial que puede desempeñar el alcohol en la reducción del riesgo de demencia. Y, dado que la vía protectora biofarmacológica no está bien definida, los investigadores creen que sería prematuro recomendar un consumo de alcohol ligero a moderado para reducir el riesgo de demencia.

“Por otro lado, los datos biomédicos actuales apoyan el concepto de que la ingesta regular y moderada de etanol no es simplemente menos peligrosa para la función cognitiva, sino que protege positivamente. Esta es la misma conclusión a la que llegaron los estudios epidemiológicos ”, dijeron los autores.

Fuente: Boston University Medical Center

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