Dieta alta en carbohidratos refinados relacionada con la depresión en mujeres posmenopáusicas

El consumo de una dieta alta en carbohidratos refinados como arroz blanco, pan blanco y azúcar se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión de nueva aparición en mujeres posmenopáusicas, según una nueva investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition.

Estos carbohidratos refinados desencadenan una respuesta hormonal que le dice al cuerpo que reduzca los niveles de azúcar en la sangre, lo que provoca fatiga, cambios de humor y síntomas depresivos.

Cuanto más refinado es un carbohidrato, mayor es su puntuación en la escala del índice glucémico (IG). La escala GI, que varía de 0 a 100, mide la cantidad de azúcar que se encuentra en la sangre después de comer.

Los alimentos refinados como el pan blanco, el arroz blanco y los refrescos desencadenan una respuesta hormonal en el cuerpo para reducir los niveles de azúcar en sangre. Esta respuesta también puede causar o exacerbar cambios de humor, apatía y otros síntomas de depresión.

El estudio, realizado por James Gangwisch, Ph.D., y sus colegas del departamento de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia (CUMC), analizó los datos de 70.000 mujeres posmenopáusicas que habían participado en la Iniciativa Observacional de Salud de la Mujer de los Institutos Nacionales de Salud. Estudio entre 1994 y 1998.

Los investigadores analizaron las dietas de las mujeres, incluido el índice glucémico dietético de los alimentos que consumían, su carga glucémica y los tipos de carbohidratos consumidos, así como los niveles de depresión de las mujeres.

El consumo de carbohidratos aumenta los niveles de azúcar en sangre en diversos grados, según el tipo de alimento ingerido. Los investigadores encontraron que los puntajes GI dietéticos progresivamente más altos y el consumo de azúcares agregados y granos refinados estaban relacionados con un mayor riesgo de desarrollo de depresión en mujeres posmenopáusicas.

Por otro lado, los investigadores encontraron que un mayor consumo de fibra dietética, cereales integrales, verduras y frutas sin jugo se asoció con un menor riesgo de depresión. Estos hallazgos sugieren fuertemente que las intervenciones dietéticas podrían servir como tratamientos y medidas preventivas para la depresión.

"Los resultados de este estudio sugieren que las dietas con IG alto podrían ser un factor de riesgo de depresión en mujeres posmenopáusicas", escriben los investigadores. "Se deben realizar ensayos aleatorios para examinar la cuestión de si las dietas ricas en alimentos con IG bajo podrían servir como tratamientos y medidas preventivas primarias para la depresión en mujeres posmenopáusicas".

Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), algunos síntomas de depresión incluyen sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o "vacío"; sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia; irritabilidad, inquietud o fatiga; dificultad para concentrarse; insomnio o sueño excesivo; y pensamientos de suicidio.

Fuente: Centro Médico de la Universidad de Columbia



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