¿Por qué tenemos recuerdos falsos?

Es difícil explicar por qué alguien recordaría un evento que no ocurrió. Esta acción puede tener terribles consecuencias ya que nuestro sistema de justicia confía en la memoria humana.

Cada año en todo el mundo se escuchan cientos de miles de casos judiciales basados ​​únicamente en el testimonio de alguien que jura que está reproduciendo exactamente un hecho que presenció en un pasado más o menos no muy lejano.

Sin embargo, las investigaciones emergentes en neurociencia cognitiva indican tanto las fortalezas como las debilidades del recuerdo del cerebro humano.

La memoria es un proceso cognitivo que está intrínsecamente ligado al lenguaje.

Una de las tareas fundamentales que realiza el cerebro a la hora de emprender una actividad lingüística - mantener una conversación, por ejemplo - es el proceso semántico.

Al realizar esta tarea, el cerebro compara las palabras que escucha con las que recuerda de hechos anteriores, para reconocerlas y desentrañar su significado.

Este proceso semántico es una tarea fundamental para posibilitar el almacenamiento de recuerdos en nuestro cerebro, ayudándonos a reconocer palabras y a memorizar nombres y episodios en nuestra mente. Sin embargo, como todo el mundo sabe, este no es un proceso que funcione perfectamente todo el tiempo.

De hecho, esta falta de precisión, en ocasiones, da lugar a la creación de recuerdos falsos.

Dos nuevos estudios de investigación de Kepa Paz-Alonso, Ph.D., del Basque Center on Cognition, Brain, and Language (BCBL) han sido publicados en la Revista de la Sociedad Internacional de Neuropsicología y el Investigación de la esquizofrenia revistas científicas.

Los investigadores descubrieron que el proceso semántico relacionado con el reconocimiento posterior de tales palabras entre niños y adultos esquizofrénicos es menos eficiente que el producido en un cerebro adulto normal.

Una de las razones de este fenómeno es que los niños no tienen este proceso semántico tan automatizado y desarrollado como los adultos.

Es decir, el cerebro adulto, después de hacer las mismas conexiones una y otra vez entre varias zonas del cerebro relacionadas con la memoria, ha mecanizado el proceso de vincular semánticamente nueva información para su almacenamiento.

No obstante, según los resultados de la investigación de Paz-Alonso, es más probable que este proceso genere recuerdos falsos en el cerebro de un adulto que en el de un niño.

Según los investigadores, “en realidad, los mismos procesos que producen estos“ recuerdos falsos ”entre adultos sanos también son responsables de que tengan una mejor memoria.

“Más que un defecto de memoria, este efecto es un ejemplo del precio que a veces tenemos que pagar por las virtudes o méritos de nuestra memoria”.

Fuente: Elhuyar Fundazioa


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