La memoria se acelera cuando pensamos en nuestros hijos

Un nuevo estudio ha descubierto que la memoria humana ha evolucionado para recordar mejor los eventos que encontramos cuando pensamos en nuestros hijos.

“Nuestra capacidad para pensar y memorizar información surge de nuestro sistema nervioso”, dijo Ralph Miller, profesor distinguido de psicología de la Universidad de Binghamton. “Como nuestros sistemas nerviosos son producto de la evolución y experiencias pasadas, uno puede esperar razonablemente que lo bien que memorizamos la información hoy en día esté influenciado por la selección natural que ocurrió entre nuestros antepasados ​​hace mucho tiempo”.

Para el estudio, Miller y sus estudiantes, Ben Seitz y Cody Polack, replicaron un experimento anterior al hacer que los sujetos de investigación calificaran la relevancia de palabras, como roca, manzana, pelota y palo en relación con un escenario de supervivencia en las antiguas praderas de África. Luego, los investigadores los probaron para ver qué palabras podían recordar.

Los sujetos pudieron recordar más palabras que fueron calificadas con respecto al escenario de supervivencia que escenarios alternativos que involucraban actividades no relacionadas con el éxito evolutivo, según los investigadores.

Los sujetos también recordaron más palabras cuando se enfrentaron a un escenario que implicaba la crianza de los hijos, pero no un escenario sobre la búsqueda de pareja, a pesar de que ambas actividades se relacionan con el éxito evolutivo, según el estudio, que se publicó en la Revista de psicología experimental: aprendizaje, cognición y memoria.

Según Miller, el fracaso del escenario de apareamiento puede reflejar que nuestros antepasados ​​prehistóricos no se dieron cuenta de que el apareamiento podría resultar en hijos debido a los nueve meses entre el apareamiento y el nacimiento.

Miller dijo que esta investigación demuestra que nuestros genes no solo influyen en nuestra anatomía y fisiología, sino también en la forma en que pensamos.

"Estos hallazgos atestiguan el efecto notable que situaciones específicas de hace miles de años, situaciones de las que no tenemos memoria consciente, tienen en el funcionamiento de nuestro cerebro hoy", dijo Miller. "Lo que es evidente es que el funcionamiento específico de nuestro cerebro, como nuestra altura y color de cabello, está fuertemente influenciado por genes que fueron seleccionados entre nuestros antepasados".

Todavía no está claro qué aspectos de la supervivencia de los pastizales antiguos y los escenarios antiguos de crianza de los niños causaron un recuerdo de la memoria más efectivo, pero Miller y los otros investigadores creen que tiene que ver con que esos escenarios son importantes para el éxito evolutivo.

Miller dijo que planea explorar más a fondo esta idea con nuevos escenarios para determinar la diferencia de memoria entre un niño biológico y uno adoptado, así como la crianza de un perro mascota. Los investigadores esperan que el escenario del niño biológico tenga el recuerdo más alto, mientras que el escenario de la mascota creará el recuerdo más bajo.

Fuente: Universidad de Binghamton

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