La frecuencia sexual puede afectar la calidad de la relación a nivel intestinal

En un estudio de parejas de recién casados, los investigadores encontraron que las parejas creen que la frecuencia de las relaciones sexuales no influye en la calidad de la relación. Esta opinión, sin embargo, parece carecer de validez a medida que los investigadores descubren que las respuestas conductuales autónomas de las parejas sugieren lo contrario.

"Descubrimos que la frecuencia con la que las parejas tienen relaciones sexuales no influye en si informan o no estar felices con su relación, pero su frecuencia sexual sí influye en sus sentimientos más espontáneos, automáticos y viscerales hacia sus parejas", dijo el científico psicológico Lindsey L. Hicks de Florida State University, autora principal de la investigación.

El estudio aparece en ciencia psicológica, una revista de la Association for Psychological Science.

“Esto es importante a la luz de la investigación de mis colegas que demuestra que estas actitudes automáticas predicen en última instancia si las parejas terminan insatisfechas con su relación”, dijo Hicks.

Desde un punto de vista evolutivo, el sexo frecuente confiere varios beneficios. El sexo mejora las posibilidades de concepción y ayuda a vincular a las parejas en las relaciones que facilitan la crianza de los hijos. Pero cuando los investigadores preguntan explícitamente a las parejas sobre la satisfacción de su relación, por lo general no encuentran ninguna asociación entre la satisfacción y la frecuencia de las relaciones sexuales.

"Pensamos que estas inconsistencias pueden deberse a la influencia de un razonamiento deliberado y creencias sesgadas con respecto al tema del sexo, a veces tabú", explica Hicks.

Debido a que nuestras actitudes automáticas a nivel instintivo no requieren una deliberación consciente, plantearon la hipótesis de Hicks y sus colegas, podrían aprovechar percepciones o asociaciones implícitas de las que no somos conscientes.

Los investigadores decidieron abordar la pregunta nuevamente, evaluando la satisfacción de la relación de los socios utilizando tanto medidas estándar de autoinforme como medidas automáticas de comportamiento.

En el primer estudio, 216 recién casados ​​completaron medidas de satisfacción con las relaciones al estilo de una encuesta.

Los participantes calificaron varias cualidades de su matrimonio (por ejemplo, malo-bueno, insatisfecho-satisfecho, desagradable-agradable); la medida en que estuvieron de acuerdo con diferentes declaraciones (por ejemplo, "Tenemos un buen matrimonio"); y sus sentimientos generales de satisfacción con su pareja, su relación con su pareja y su matrimonio.

Luego, completaron una tarea de clasificación por computadora: una palabra apareció en la pantalla y tuvieron que presionar una tecla específica para indicar si la palabra era positiva o negativa. Antes de que apareciera la palabra, apareció una foto de sus socios durante 300 ms.

La razón fundamental detrás de este tipo de medida implícita es que los tiempos de respuesta de los participantes indican qué tan fuertemente están asociados dos elementos en un nivel automático.

Cuanto más rápido sea el tiempo de respuesta, más fuerte será la asociación entre el socio y la palabra que apareció. Responder más lentamente a las palabras negativas que a las positivas que siguen a la imagen de la pareja significaría actitudes implícitas generalmente positivas hacia la pareja.

Los investigadores también pidieron a cada miembro de la pareja que estimara cuántas veces habían tenido relaciones sexuales en los últimos cuatro meses.

Al igual que en estudios anteriores, Hicks y sus colegas no encontraron asociación entre la frecuencia de las relaciones sexuales y la satisfacción de la relación autoinformada.

Pero cuando observaron las respuestas conductuales automáticas de los participantes, vieron un patrón diferente: las estimaciones de la frecuencia sexual se correlacionaron con las actitudes automáticas de los participantes hacia sus parejas. Es decir, cuanto más a menudo las parejas tenían relaciones sexuales, más asociaban a sus parejas con atributos positivos.

Es importante destacar que este hallazgo se mantuvo tanto para hombres como para mujeres. Y un estudio longitudinal que rastreó a 112 recién casados ​​indicó que la frecuencia de las relaciones sexuales de hecho estaba relacionada con cambios en las actitudes de relación automática de los participantes a lo largo del tiempo.

“Nuestros hallazgos sugieren que capturamos diferentes tipos de evaluaciones cuando medimos evaluaciones explícitas y automáticas de un socio o relación”, dice Hicks.

"En el fondo, algunas personas se sienten infelices con su pareja, pero no lo admiten fácilmente ante nosotros, ni siquiera ante ellos mismos".

Los investigadores señalan que los informes de los participantes sobre la frecuencia con la que recuerdan haber tenido relaciones sexuales pueden no ser la medida más precisa de la frecuencia sexual. Y queda por ver si los hallazgos son aplicables a todas las parejas o específicos para parejas recién casadas como las que estudiaron.

En conjunto, los hallazgos llevan a casa el punto de que preguntarle a alguien acerca de sus sentimientos o actitudes no es la única forma de medir cómo se siente.

"Estos estudios ilustran que algunas de nuestras experiencias, que pueden ser positivas o negativas, afectan nuestras evaluaciones de relación, lo sepamos o no", concluye Hicks.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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