El impacto de la estimulación cerebral en la toma de decisiones arriesgadas

Un nuevo estudio ha descubierto que estimular la corteza frontal puede aumentar temporalmente el apetito por el riesgo financiero de una persona.

Según investigadores de la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación en Rusia, los economistas, biólogos y psicólogos utilizan un enfoque interdisciplinario para explicar la naturaleza y las razones detrás de ciertas decisiones e inclinaciones. Llamada neuroeconomía, se centra en la base neurobiológica de la toma de decisiones.

“La mayoría de las decisiones de una persona se toman en condiciones de incertidumbre o riesgo. Es por eso que estábamos particularmente interesados ​​en descubrir los mecanismos neurobiológicos de la toma de decisiones arriesgadas ", dijo uno de los autores del estudio, el Dr. Zachary Yaple, quien también es investigador en el Centro de Cognición y Toma de Decisiones de la universidad.

Para hacer esto, los investigadores realizaron un juego experimental.

Cada uno de los 34 participantes eligió si quería participar en una lotería que potencialmente podría generar una ganancia monetaria o recibir una cantidad menor garantizada. Mientras los participantes tomaban sus decisiones, los investigadores administraron una estimulación de corriente alterna transcraneal en el área frontal izquierda y derecha del cerebro.

La estimulación se entregó en línea a 5 Hz (theta), 10 Hz (alfa), 20 Hz (beta) y 40 Hz (gamma), según los investigadores.

Los resultados mostraron un efecto robusto de la estimulación de 20 Hz sobre el área prefrontal izquierda que aumentó significativamente la toma voluntaria de decisiones arriesgadas, descubrieron los investigadores.

Los investigadores dijeron que asumen que la estimulación de 20 Hz provocó un cambio en el ritmo interno del cerebro y que esto puede sugerir un posible vínculo entre la toma de decisiones arriesgadas y el procesamiento de recompensas, subrayado por la actividad beta oscilatoria.

Las ondas beta surgen durante un estado de vigilia e impactan muchos procesos en el cerebro. Permiten que una persona se concentre, ayudan a pensar rápidamente y ayudan a lograr una meta y trabajar con la máxima eficiencia, explicaron los investigadores.

Los investigadores descubrieron recientemente que las ondas beta se mejoran particularmente en la corteza frontal cuando una persona recibe una recompensa inesperada. Estudios previos sugieren que las oscilaciones beta podrían sincronizar las estructuras cerebrales involucradas en el procesamiento de recompensas. Al afectar la actividad beta, los investigadores podrían hacer que los resultados de una decisión arriesgada parezcan más atractivos, explicaron.

El estudio fue publicado en eNeuro, una revista publicada por la Society for Neuroscience.

Fuente: Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación

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