¿Una vacuna contra los prejuicios?

Los psicólogos evolucionistas sospechan que el prejuicio tiene sus raíces en la supervivencia. Nuestros ancestros lejanos tuvieron que evitar a los forasteros que podrían haber sido portadores de enfermedades.

La investigación todavía muestra que cuando las personas se sienten vulnerables a la enfermedad, muestran más prejuicios hacia los grupos estigmatizados. Pero un nuevo estudio en ciencia psicológica, una revista publicada por la Association for Psychological Science, sugiere que podría haber una forma moderna de romper ese vínculo.

"Pensamos que si podíamos aliviar las preocupaciones sobre las enfermedades, también podríamos aliviar el prejuicio que surge de ellas", dice Julie Y. Huang de la Universidad de Toronto, sobre el nuevo estudio. Los investigadores encontraron que la sensación de seguridad derivada de medidas como la vacunación y el lavado de manos puede reducir los prejuicios contra los grupos "excluidos", desde los inmigrantes hasta los obesos.

Los investigadores realizaron tres experimentos. Los dos primeros (con 135 y 26 participantes) analizaron las reacciones de las personas ante las amenazas de la gripe. En el primero, algunos participantes ya estaban vacunados, otros no. La mitad de los sujetos leyeron un pasaje de advertencia sobre la gripe.

En el segundo experimento, todos los participantes fueron vacunados. Leyeron un texto similar, pero algunos leyeron uno con una sección que decía que la vacuna es eficaz; los demás recibieron solo una explicación de cómo funciona.

En ambos experimentos, los participantes respondieron cuestionarios que evaluaban su nivel de prejuicio, en el primero, particularmente hacia los inmigrantes, en el segundo, hacia numerosos grupos, incluidos los adictos al crack y las personas obesas.

Los hallazgos: en el primer experimento, entre quienes leyeron el texto y se les recordó la amenaza de la enfermedad, los vacunados mostraron menos sentimiento antiinmigrante que los no vacunados. No hubo diferencias significativas entre los que no leyeron el pasaje. En el segundo experimento, aquellos que obtuvieron garantías de la efectividad de la vacuna mostraron menos sesgos relacionados con la enfermedad.

"Incluso cuando todos están realmente protegidos", comenta Huang, "la percepción de que están bien protegidos atenúa los prejuicios".

En el tercer experimento, realizado con 26 estudiantes universitarios, la mitad usó un paño para limpiarse las manos y el teclado de una computadora que estaban usando. Los demás no lo hicieron.

El texto que leyeron incluía la declaración de que las toallitas antibacterianas para las manos ayudan a proteger contra el contagio.Estos estudiantes fueron evaluados por su nerviosismo por los gérmenes, una señal de sentirse vulnerables a la enfermedad, y sus sentimientos hacia siete grupos externos y dos grupos internos (estudiantes universitarios y sus familias). Como era de esperar, entre los que no se limpiaron las manos, la aversión a los gérmenes se correlacionó positivamente con la aversión a los grupos estigmatizados.

Pero los limpiadores de manos reacios a los gérmenes no expresaron prejuicios. Ninguno mostró prejuicios hacia personas como ellos y sus seres queridos.

El estudio, que según los investigadores es único porque une la psicología evolutiva, la psicología cognitiva social y la salud pública, es prometedor para reducir las enfermedades físicas y sociales. Los investigadores concluyen que una intervención de salud pública, como la vacunación o el lavado de manos, podría ser un "tratamiento moderno para [una] antigua aflicción".

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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