Los adultos mayores que caminan lentamente pueden tener un mayor riesgo de demencia

Un nuevo estudio del Reino Unido encuentra que los adultos mayores con velocidades más lentas al caminar, así como aquellos que experimentan una mayor disminución en la velocidad al caminar con el tiempo, tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia. El vínculo entre la velocidad al caminar y la demencia parece ser independiente de cualquier cambio en la cognición.

Los hallazgos se publican en el Revista de la Sociedad Americana de Geriatría.

A partir de 2015, casi 47 millones de personas en todo el mundo se vieron afectadas por la demencia, un problema de memoria lo suficientemente importante como para afectar la capacidad de uno para realizar las tareas diarias habituales. La causa más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer.

Dado que actualmente no existe una cura para la demencia, es muy importante descubrir cualquier factor de riesgo potencial que pueda conducir al desarrollo de la enfermedad. Un área de interés para los investigadores es si la función física está asociada o no con la aparición de la demencia, particularmente porque las disminuciones en el funcionamiento físico y cognitivo son indicadores del envejecimiento. Además, los trastornos de la marcha, que aumentan con la edad, se han relacionado con la aparición de la demencia.

En el estudio, los investigadores investigaron las asociaciones entre los cambios en la velocidad al caminar, los cambios en la capacidad de pensar y tomar decisiones y el desarrollo de la demencia.

Observaron los datos de 2002-2015 recopilados del Estudio longitudinal inglés sobre el envejecimiento. El estudio incluyó a adultos de 60 años o más que vivían en Inglaterra. Evaluaron la velocidad al caminar de los participantes en dos ocasiones en 2002-2003 y en 2004-2005, y si los participantes desarrollaron o no demencia después de las pruebas de 2006-2015. Luego, compararon a las personas que habían desarrollado demencia con las que no.

El equipo de investigación encontró que de los casi 4,000 adultos mayores involucrados en el estudio, aquellos con una velocidad de caminata más lenta tenían un mayor riesgo de desarrollar demencia. Además, aquellos que experimentaron una disminución más rápida en la velocidad al caminar durante un período de dos años también tenían un mayor riesgo de demencia.

Los participantes que tenían una menor capacidad para pensar y tomar decisiones cuando ingresaron al estudio, y aquellos cuyas habilidades cognitivas (de pensamiento) disminuyeron más rápidamente durante el estudio, también tenían más probabilidades de ser diagnosticados con demencia.

Los investigadores concluyen que los adultos mayores con velocidades de caminar más lentas y aquellos que experimentaron una mayor disminución en su velocidad de caminar con el tiempo, tienen un mayor riesgo de demencia. Sin embargo, los investigadores señalan que los cambios en la velocidad al caminar y los cambios en la capacidad de un adulto mayor para pensar y tomar decisiones no necesariamente funcionan juntos para afectar el riesgo de desarrollar demencia.

Fuente: Sociedad Americana de Geriatría

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