El ejercicio ayuda a tu espalda a cualquier edad

Antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicios, asegúrese de consultar a su médico. Hable sobre los tipos de actividades que le interesan realizar y asegúrese de que su médico le autorice a realizarlas. Es posible que desee hacerle a su médico las siguientes preguntas:

  • "¿Es seguro para mí hacer ejercicio?"
  • "¿Qué tipo de ejercicios son los mejores para mí?"
  • "¿Hay algún tipo de ejercicio que deba evitar?"
  • "¿Alguno de mis medicamentos me hace peligroso hacer ejercicios de resistencia?"

Comience lentamente, especialmente si no ha hecho ejercicio en mucho tiempo. Hacer demasiado, demasiado pronto puede provocar lesiones.

Beba muchos líquidos cuando haga ejercicio. Es muy fácil deshidratarse cuando suda.

Esté atento a su cuerpo cuando haga ejercicio . Hacer ejercicio no debería doler ni hacerte sentir realmente cansado. Puede sentir algo de dolor, una leve molestia o un poco de cansancio, pero no debe sentir dolor. Si lo hace, deje de hacer ejercicio y consulte a su médico. Además, si experimenta alguno de los siguientes síntomas mientras hace ejercicio, pare inmediatamente y busque ayuda médica:

  • Falta de aliento
  • Dolor de pecho
  • Sensación de desmayo o mareo.
  • La sensación de que tu corazón está acelerado, saltando o revoloteando
  • Adormecimiento u hormigueo en los brazos o las piernas.

¿Que necesito hacer?
La mejor manera de comenzar es pensar en una actividad que disfrute. Será más fácil seguir un programa de ejercicios si es algo que le gusta hacer. Su objetivo debe ser hacer ejercicio al menos 30 minutos cada día (o la mayoría de los días de la semana). Si no puede tolerar hacer ejercicio durante 30 minutos a la vez, divida sus ejercicios en sesiones de 10 minutos, 3 veces al día.

Hay muchos ejercicios diferentes entre los que puede elegir. Siga estos 3 pasos al elegir una actividad de ejercicio:

Paso 1. Elige una actividad que te haga respirar un poco más fuerte. Esto se llama ejercicio de resistencia. Esto ayudará a aumentar su resistencia y le dará energía para hacer las cosas que quiere hacer. ¿Cómo sabes si te estás ejercitando lo suficiente? Si puede hablar sin problemas mientras realiza su actividad, su ejercicio probablemente sea demasiado fácil; Si no puede hablar en absoluto mientras hace ejercicio, está trabajando muy duro. Algunos buenos ejemplos son caminar, trotar, jugar tenis y andar en bicicleta.

Paso 2 Haz entrenamiento de fuerza. Las personas pierden del 20 al 40 por ciento de sus músculos, y junto con ellos su fuerza, a medida que envejecen. Los científicos han descubierto que una de las principales razones por las que las personas pierden músculo es porque dejan de realizar actividades cotidianas que utilizan la fuerza muscular. Los ejercicios de entrenamiento de fuerza también pueden mantener sus huesos fuertes y pueden ayudarlo a evitar fracturas debido a huesos frágiles. Puede incorporar ejercicios de fuerza en sus actividades cotidianas. Por ejemplo, camine rápidamente o cuesta arriba si es posible. Sube las escaleras cuando puedas. Rastrillar las hojas. Use herramientas manuales en lugar de herramientas eléctricas.

Paso 3. Haz ejercicios que ayuden a tu equilibrio. Por ejemplo, párate sobre un pie, luego sobre el otro, sin apoyo. Levántese de una posición sentada sin usar sus manos o brazos. De vez en cuando, camine de talón a dedo del pie (los dedos del pie en la parte posterior casi deben tocar el talón del pie en el frente cuando camina de esta manera).

Paso 4. ¡No olvides estirar! El estiramiento no desarrollará su resistencia o músculos, pero puede ayudarlo a mantenerse ágil y flexible.

Si bien no puede detener el proceso de envejecimiento por completo, puede tomar medidas para mantenerse lo más saludable posible a medida que envejece. Los beneficios del ejercicio regular son numerosos, ¡así que comience hoy! ¡Encuentra una actividad que disfrutes y descubre lo maravilloso que es envejecer!

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