3 razones para buscar ayuda profesional (incluso si tiene miedo)
Cuando tenía 23 años, soporté mi primer y único (toco madera) ataque de pánico. Fueron, sin duda, los minutos más espantosos y desconcertantes de mi vida. Aunque duró poco, estaba aterrorizado de sufrir por otro. Así que encontré un terapeuta en el área y en una semana, estábamos investigando, juntos, las causas subyacentes del episodio, muchas de las cuales ni siquiera sabía que existían.Rápidamente aprendí el valor de tener un terapeuta, una persona que te ayude a combatir los desafíos y tribulaciones de la vida. Todos tenemos problemas personales, pero muchos prefieren mantenerlos reprimidos en lugar de abrirse a un profesional y arriesgarse a ser vulnerables. Ya sea por miedo al estigma, padres que desalientan la discusión de emociones o una sociedad con una mentalidad de "simplemente aguante", muchos se niegan a buscar la ayuda que necesitan desesperadamente.
Pero las personas que más podrían beneficiarse son a menudo las que más temen abrirse. Si esto le suena familiar, aquí hay tres razones para dejar de lado el miedo y abrirse a la terapia:
1. El miedo generalmente indica que se deben tomar medidas.
El miedo, aunque incómodo, es una emoción útil. Puede indicar que estamos en peligro cuando nos enfrentamos a un animal salvaje, lo que nos motiva a correr por nuestras vidas. Pero también puede enfocar nuestra atención en cosas que debemos enfrentar en lugar de huir.
Siempre hay una explicación detrás de nuestros miedos. Tomar la iniciativa para resolverlo puede salvarnos del sufrimiento futuro. Si sabe que tiene problemas para resolver, pero la idea de abrirse a un extraño lo asusta para que no lo haga, use ese miedo como una señal de que debe actuar.
2. Un problema solo puede resolverse atravesándolo, no rodeándolo.
Inicialmente, parece más fácil barrer los problemas debajo de la alfombra que enfrentarlos. Pero eventualmente te quedarás sin escondites y descubrirás que este método crea mucho más trabajo de tu parte. Ignorar los problemas no los hace desaparecer; simplemente los suprime.
Resolver un problema desglosándolo y resolviéndolo paso a paso, por difícil que sea, siempre será la mejor decisión. Sin duda, esto es un desafío, especialmente cuando tiene un suministro de por vida de problemas reprimidos. Trabajar con un profesional, que puede proporcionarle las herramientas adecuadas, puede hacerlo mucho más manejable.
3. Los beneficios valen la pena el riesgo de abrirse.
Da miedo compartir nuestros miedos más profundos con alguien. Tememos el juicio, el ridículo y la vergüenza. Esto es completamente normal y parte del ser humano. Sin embargo, nos metemos en problemas cuando permitimos que estas cosas nos impidan recibir la ayuda que sabemos que necesitamos.
Cuando decidimos superar esos miedos y volvernos vulnerables, es cuando realmente podemos comenzar a sanar. Liberar todo el dolor por el que hemos luchado tanto por mantener en secreto deja espacio para la libertad, la alegría y la satisfacción. Sopesar los beneficios puede hacer que cualquier temor inicial y vacilación para buscar ayuda externa se sienta casi secundario.