Crear límites sin estar limitado por ellos

A menudo escuchamos que es importante crear buenos límites personales. Sin embargo, hacerlo de forma saludable no es tan fácil. Establecer límites es una habilidad que requiere un refinamiento continuo. ¿Cómo podemos establecer límites que nos apoyen en lugar de unirnos y restringirnos, y alejar a otras personas?

Los límites personales definen nuestro espacio y protegen nuestro bienestar. Si alguien nos maltrata o nos avergüenza, tenemos la capacidad de tomarnos a nosotros mismos respondiendo de manera autosuficiente. Podemos decir lo que no está bien.

Los límites regulan qué tan receptivos queremos ser hacia los demás. Si un amigo pide un favor, un viaje al aeropuerto o una solicitud para almorzar, sabemos que tenemos derecho a decir "sí" o "no". Nuestro cariño nos impulsa a considerar su solicitud y tomarla en serio. Nuestro cuidado por nosotros mismos nos impulsa a considerar nuestro propio bienestar y necesidades. Sopesamos nuestras propias necesidades mientras consideramos los deseos de los demás.

Algunas personas que se enorgullecen de tener límites fuertes en realidad tienen límites rígidos. Usan sus límites como escudo defensivo. Para ellos, establecer límites equivale a mantener a la gente alejada. Son rápidos para decir "no" y lentos para decir "sí". Tienen dificultad con "quizás" porque requiere la fuerza interior para aceptar la ambigüedad y la incertidumbre.

Los límites saludables requieren flexibilidad: flexibilidad de mente y corazón. Requiere capacidad para hacer una pausa y considerar lo que realmente queremos, así como cómo estamos afectando a los demás.

Un punto sutil y contrario a la intuición es que podemos establecer límites de una manera rígida porque tenemos tanto miedo de perdernos a nosotros mismos, ignorando o minimizando nuestras propias necesidades, que rápidamente enviamos un mensaje de "no" porque no estamos realmente seguros de nuestras necesidades. derecho a decir "no". Cuando no estamos seguros de nuestros derechos y necesidades, tenemos la tendencia a ignorarlos, lo que nos deja resentidos o deprimidos (¡o ambos!) O los afirmamos de manera agresiva.

Hacer una pausa antes de responder

A medida que tengamos más confianza en nuestro derecho a decir "no", no nos apresuraremos a cerrar la puerta en la cara de otra persona. Cuanto más confiados estemos en nuestra capacidad para cuidar de nosotros mismos, más podremos detenernos y "dejar entrar" la solicitud de otro sin sentirnos inmediatamente obligados a responder positivamente.

Una respuesta positiva automática a la solicitud de una persona puede reflejar un miedo a perder su amor o amistad. O podría revelar nuestra tendencia a aferrarnos a una imagen propia de ser una persona cariñosa. Establecer límites no significa que no nos importen las personas. Los límites saludables y flexibles significan que estamos desarrollando suficiente fuerza interior, sabiduría y compasión para equilibrar las necesidades de los demás con las nuestras. Significa que podemos establecer límites con amabilidad en lugar de con una espada en la mano: una irritabilidad en nuestra voz o una conducta hostil.

Un comportamiento enojado a veces es apropiado y necesario, como cuando ha habido abuso, injusticia o una violación grave de nuestros límites. Pero la ira es a menudo una emoción secundaria que encubre nuestros sentimientos más vulnerables, como el miedo, el dolor y la vergüenza.

Establecer límites con sensibilidad

Los límites saludables requieren que consideremos cómo nuestro establecimiento de límites afecta a los demás. Cuando se desencadena nuestro miedo o vergüenza, como cuando sabemos que decepcionaremos a alguien o cuando nos sentimos criticados, podemos cerrarnos emocionalmente o envolvernos en un manto autoprotector de ira.

John Gottman, quien llevó a cabo una investigación sobre qué hace que los matrimonios tengan éxito o fracasen, nos dice que las relaciones íntimas nos invitan a sentirnos afectados el uno por el otro. "Aceptar la influencia" es uno de los factores que ayuda a que las relaciones prosperen. Esta influencia no significa una entrega codependiente a las necesidades de otro sin tener en cuenta las nuestras. Significa dejar entrar a otra persona y ser afectado por ella. Esto requiere que ampliemos nuestra tolerancia a la ambigüedad y la complejidad. Significa tener compasión por nosotros mismos y nuestros límites mientras mantenemos nuestro corazón abierto a otra persona.

Estar presente y ser sensible con los demás sin ser insensibles con nosotros mismos requiere mucho trabajo interno y práctica. Es una práctica continua de controlarnos a nosotros mismos y al mismo tiempo permanecer conectados con los demás, que, después de todo, es de lo que se tratan las relaciones saludables.

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