Síntomas del trastorno del espectro autista
Las personas con trastorno del espectro autista muestran (A) conductas restringidas o de tipo repetitivo y (B) deficiencias en la comunicación social que surgen durante el período de desarrollo temprano. Las manifestaciones del trastorno varían según la gravedad de los síntomas autistas, así como según el nivel de desarrollo y la edad cronológica del niño, lo que justifica el término "espectro" en el nuevo nombre del trastorno.
Síntomas del Criterio A: Déficit de comunicación
Los niños con trastorno del espectro autista muestran deficiencias en la comunicación verbal y no verbal. El fracaso o la dificultad para relacionarse emocionalmente con los demás es un síntoma característico del autismo. Los niños generalmente tienen dificultades para hacer contacto visual, comprender las sutilezas de la conversación (por ejemplo, el lenguaje corporal), sentir empatía por las emociones de los demás y expresar sus propios pensamientos y sentimientos. La gravedad de estos déficits puede variar desde problemas para comprender los gestos en una conversación hasta la falta de intentos de iniciar o responder a la interacción social por completo. También es común que los niños con autismo a menudo tengan dificultades para ajustar el comportamiento y las expresiones faciales para adaptarse a circunstancias sociales específicas. Las deficiencias verbales implican problemas con el lenguaje hablado y conversar adecuadamente con los demás. Las deficiencias varían en gravedad, desde la falta total de habla hasta el habla demasiado literal. Para cumplir con los criterios de diagnóstico, los problemas de comunicación deben ser persistentes y generalizados en todos los contextos.
Síntomas del criterio B: comportamientos anormales
Los comportamientos restringidos y / o de tipo repetitivo constituyen los síntomas del autismo según los criterios B. Un individuo debe mostrar dos de los siguientes: comportamientos estereotipados, rutinas demasiado rígidas, intereses o preocupaciones muy específicos e hipersensibilidad a los estímulos sensoriales del entorno.
Los movimientos o comportamientos estereotipados con objetos pueden implicar aletear las manos, mover los dedos, hacer girar monedas, alinear objetos y otras acciones repetidas. Las frases o palabras estereotipadas también son comunes, como repetir como loros el discurso de los demás.
La rigidez implica la adherencia insistente a rutinas, métodos o reglas diarias específicas, así como la resistencia al cambio. Por ejemplo, un niño puede insistir en una determinada forma de abrir un paquete de comida y puede sentirse muy molesto si se rompe o si el empaque del artículo en sí ha cambiado. La adherencia excesiva suele ir acompañada de una fijación limitada por determinados intereses u objetos. Por ejemplo, un niño puede preferir jugar únicamente con una sartén doméstica o un solo juguete sobre todos los demás objetos. También son comunes el enfoque restringido en ciertas actividades y la ingesta restrictiva de alimentos.
La sensibilidad excesiva o insuficiente a los estímulos del entorno constituye el último síntoma conductual. Un niño con hipersensibilidad puede mostrar una reacción extrema que no guarda proporción con la sensación. Por ejemplo, un niño puede llorar y taparse los oídos cuando está en una habitación donde se están produciendo múltiples conversaciones. Un niño con hiposensibilidad puede ser menos reacio al dolor físico que otros. En otros casos, los niños pueden mostrar una fuerte preferencia o mostrar fascinación por ciertas texturas, olores, sabores, imágenes o sonidos. Por ejemplo, mientras un niño olerá o tocará excesivamente un objeto, otro puede obsesionarse con cosas que giran con colores.
Un médico calificará la gravedad actual de un niño en función de la cantidad de asistente diario requerido por el individuo. Por ejemplo, el menos grave se indicaría como "que requiere apoyo", mientras que el más grave se indicaría como "que requiere un apoyo muy sustancial".
El médico que establece el diagnóstico también observará si el trastorno se acompaña de deterioro intelectual y / o del lenguaje o de catatonia.
Código DSM-5 299.00
Nota: el trastorno autista, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno de Rett se han incluido bajo el nombre de "trastorno del espectro autista" en la publicación de 2013 Quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).
Referencias
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Washington, DC: Autor.