¿Tienes demasiadas dudas sobre ti mismo o no lo suficiente?

¿Piensas a menudo que tomas malas decisiones? ¿Se cuestiona constantemente a sí mismo cuando toma una decisión difícil? ¿Te falta confianza en ti mismo?

La duda puede tener un efecto paralizador en nuestras vidas, manteniéndonos girando sobre las ruedas pegajosas de la inseguridad. Dudando de nosotros mismos en todo momento, nos volvemos demasiado cautelosos, lo que puede sofocar nuestra creatividad y evitar que corramos riesgos.

La duda en uno mismo es a menudo un remanente molesto de nuestro pasado. Si a menudo nos dijeron que estamos equivocados o que no valdríamos nada, internalizamos el mensaje de que no podemos tener éxito en la vida. Necesitamos un reflejo positivo para desarrollar una autoestima saludable. La vergüenza frecuente nos deja con la sensación de ser inadecuados o defectuosos.No levantamos la mano en clase ni ofrecemos nuestra opinión en las reuniones. No actuamos con valentía y confianza cuando tenemos que tomar decisiones, tal vez evitando buscar un ascenso, postergando el regreso a la universidad o evitando contactar a alguien que nos gustaría conocer mejor. Podríamos temer que tales acciones no salgan bien, lo que confirmaría que de hecho somos un fracaso.

La duda en uno mismo nos mantiene estancados. La creencia de que "no puedo hacerlo" nos frena y nos impide vivir una vida plena y significativa.

La duda es una experiencia universal. Todos lo tenemos en diversos grados. Y eso es bueno. Las personas que no dudan de sí mismas (o que no parecen tenerlas) son un peligro para ellas mismas y para los demás. Piense en ciertos políticos o personas que conoce que nunca dudan de sí mismos, al menos en público. Se aferran a sus convicciones y siguen adelante en la vida, ajenos a las necesidades y opiniones de los demás, y a los cuerpos heridos que dejan atrás.

La duda saludable requiere fuerza

La duda es similar a la vergüenza saludable. Necesitamos una pequeña cantidad de vergüenza saludable para informarnos sobre cuándo hemos violado las sensibilidades y los límites de alguien. Los sociópatas no dudan de sí mismos ni tienen vergüenza. Están peligrosamente convencidos de que tienen todas las respuestas y tienen razón en todo. Justifican comportamientos destructivos sin cuestionarse a sí mismos, hasta que inevitablemente chocan contra una pared, tal vez perdiendo a sus amigos (si los tenían), o encontrándose en un tribunal de divorcios o en la cárcel. Incluso entonces, uno podría dejar de asumir la responsabilidad de sus defectos, insistiendo obstinadamente en que todo es culpa de otra persona.

Cuando tenemos una sobreabundancia de dudas o vergüenza, las palabras "Lo siento", "Lo arruiné" o "Cometí un error" con frecuencia pasan por nuestra mente y fluyen de nuestros labios. Cuando no permitimos las dudas sobre nosotros mismos, esas palabras no forman parte de nuestro vocabulario. Reconocer que nos equivocamos se experimenta como debilidad. La duda es una amenaza inaceptable para las personas con egos inflados.

El deseo de proyecto la fuerza refleja una falta de fuerza verdadera. Lo que realmente requiere fuerza es ser auténtico con nosotros mismos y con los demás. Lo que realmente sentimos y pensamos se vuelve más importante que cómo nos vemos. Vivir en un mundo de apariencias nos condena a una existencia frágil e inauténtica. Allí no hay intimidad real.

La honestidad emocional requiere coraje. En lugar de ser consumidos por consideraciones de cómo se desarrollarán las cosas, podemos hacer una pausa y buscar en nuestro interior lo que realmente resuena en nuestro corazón. Y lo que es más importante, no somos tímidos a la hora de hacer que otras personas comprueben la realidad para discernir mejor si estamos en el camino correcto.

La vida nos invita a abrazar un equilibrio dinámico. ¿Podemos aprender a escuchar y a confiar en nuestra experiencia interior en lugar de dudar constantemente de nosotros mismos? ¿Puede la confianza en uno mismo contener una medida saludable de cuestionamiento e indagación? ¿Podemos incluir amigos o asesores de confianza en nuestra importante toma de decisiones para que podamos sumar su sabiduría a la nuestra, y no sentirnos tan solos y aislados?

Es natural tener dudas sobre uno mismo. De hecho, es un signo de madurez y fortaleza interior aceptar nuestras dudas y trabajar con ellas de manera hábil. Pero en algún momento, debemos actuar o tomar una posición. Cuando lo haga, esté abierto a nueva información y descubrimientos que podrían impulsarlo a ajustar su camino a seguir.

!-- GDPR -->