Choque de la sociedad con la estabilidad emocional

Como seres humanos, a veces damos por sentado que nuestra mente y nuestro cuerpo están armoniosamente sincronizados con el mundo que nos rodea. Tiene sentido creer que fuimos creados con la capacidad de manejar emocionalmente los desafíos de la vida. Sin embargo, cuando yuxtaponemos los problemas sociales con la naturaleza de las emociones humanas, queda claro que el problema no es tan simple.

La sociedad es un sistema creado por el hombre que depende de las personas para mantener la estructura. Sin gente, la sociedad se derrumba.

La sociedad se compone de economía y leyes. Por ejemplo, las personas contribuyen al sistema (trabajo) y son recompensadas con dinero, que luego se gasta en necesidades para la supervivencia personal o en lujos, que luego se gasta y se vuelve a aportar a la estructura social. Al mismo tiempo, la sociedad también tiene reglas y regulaciones (leyes) que definen estándares sociales para convivir evitando el caos. (Esta es una descripción muy básica, ya que la sociedad tiene otras sub-influencias, incluidas la religión y la política).

La vida moderna es en muchos sentidos el producto de una estructura hecha por el hombre, más que el resultado de un fenómeno existencial mayor. No vamos a la escuela porque el universo así lo desee, la escuela fue creada por personas y es parte de nuestra sociedad. El funcionamiento de la sociedad no se basa en las emociones humanas, incluso si algunas de las reglas de la sociedad pueden estar parcialmente influenciadas por las emociones. Las relaciones, el trabajo, el dinero y la salud afectan de manera más significativa nuestras emociones.

La sociedad funciona básicamente según la teoría de sistemas. Si la sociedad está en equilibrio, hay más posibilidades de que las personas también lo estén. Sin embargo, cuando la sociedad está desequilibrada (no hay suficientes empleos, escuelas superpobladas, altas tasas de criminalidad), toda la estructura, incluidas las personas, se ve afectada.

Cuando comenzó el mundo, no había trabajos, corporaciones, automóviles, universidades, expectativas sociales, clases sociales o varias otras formas de instituciones creadas por el hombre que se hayan desarrollado con el tiempo. Muchos de estos causan estrés, ansiedad, depresión, dolor crónico, miedos e ira. La sociedad está construida para mantener el orden social en lugar de respetar nuestras limitaciones emocionales. Por lo tanto, es importante que aprendamos a comprender y manejar nuestras emociones, pensamientos y comportamientos dentro de un sistema que de muchas maneras abruma el concepto de emociones equilibradas.

También es importante que fomentemos el equilibrio saludable del ego para nosotros mismos. Esto incluye nuestra capacidad para equilibrar nuestros deseos personales con las realidades de vivir dentro de un sistema más amplio. Por ejemplo, es posible que deseemos tumbarnos en la playa, hacer yoga, ver películas y pasar el rato con familiares y amigos todos los días. Sin embargo, dentro de nuestra sociedad, este es un deseo difícil de cumplir sin causar o reforzar otros factores estresantes. Si nos sentimos con derecho, podemos terminar en una batalla estresante, decepcionante y deprimente con la realidad mientras terminamos luchando por el equilibrio que es necesario para funcionar en la sociedad. Y en la teoría de sistemas, nuestros cambios positivos afectarán positivamente a la totalidad del sistema. Al lograr el equilibrio personal, también creamos más equilibrio para nuestro entorno.

También depende de nosotros crear límites que nos permitan funcionar en la sociedad y al mismo tiempo satisfacer nuestras necesidades y deseos personales. (Es posible encontrar satisfacción y alegría en la forma en que hacemos nuestra contribución a la sociedad). Aquí hay algunas sugerencias para avanzar hacia el equilibrio de la sociedad y las emociones:

1. Entender nuestras prioridades. Es posible que no podamos tener todo lo que queremos en la vida, pero si sabemos lo que es más importante para nosotros tanto en general como en la vida diaria, entonces podemos crear un "programa de vida" para ayudar a lograr nuestras prioridades. Pueden ser desde simples actividades semanales hasta necesidades profesionales y familiares.

2. Comprender nuestras emociones. Saber lo que sentimos y cómo se manifiestan nuestras emociones dentro de nosotros nos ayudará a comprender dónde puede ser necesario un mayor equilibrio.

3. Comprender nuestros desencadenantes. Puede que sepamos que nos sentimos frustrados, deprimidos, estresados ​​o ansiosos a veces, y podemos saber cómo se manifiesta, pero no siempre significa que sepamos qué lo está causando. Comprender nuestros factores desencadenantes del desequilibrio emocional es un paso necesario para generar cambio y equilibrio.

4. Establecer límites. Es mas facil decirlo que hacerlo. ¿verdad? Los límites pueden (y deben) ir en ambos sentidos. Si tendemos a trabajar en exceso, puede ser útil establecer límites con el trabajo para atender otras prioridades importantes. Lo mismo ocurre con abordar las tendencias a procrastinar o entregarse a la autorrealización hasta el punto de que terminamos luchando para lidiar con las realidades de la sociedad.

5. Aceptación. En lugar de luchar contra las realidades de la vida, llegar a la aceptación de nuestro mundo personal y más grande nos ayuda a utilizar los recursos dentro y alrededor de nosotros para crear un equilibrio. Esto no quiere decir que debamos resignarnos a obedecer o vencer nuestros sueños, pero la resistencia a nuestro entorno en realidad impide el progreso, el cambio y el equilibrio.Si nos sentimos víctimas de la estructura de la sociedad y reaccionamos mediante la resistencia, en realidad terminamos provocándonos un mayor desequilibrio emocional que si aceptamos la naturaleza de nuestro entorno y luego lo hacemos funcionar para nosotros.

6. Psicoterapia. Hay muchas formas de ayudar a crear y mantener el equilibrio y, a menudo, podría ser necesario un poco de ayuda externa para comprendernos a nosotros mismos, cómo trabajamos y hacia dónde ir a continuación. La terapia está ahí para ayudarnos en el camino.

Si bien nuestra sociedad presenta muchos desafíos emocionales, lograr el equilibrio entre nosotros y nuestro entorno es una de las claves para crear paz y satisfacción en nuestras vidas.

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