Cómo escapar de la trampa de la irritabilidad

Con algo de prisa por llegar a casa, acababa de terminar mis mandados y comencé a sentir una urgencia familiar. Casi de inmediato, el autobús escolar amarillo se detuvo frente a mí. "Por favor, gire, gire para que no me quede atrapado detrás de él", pensé. Quiso la suerte que me quedara atascado detrás de él y de las quince paradas que hizo en el camino.

Mi primer instinto fue enfadarme. Tenía muchas ganas de llegar a casa y comenzar con algunos de los proyectos que había reservado la tarde para trabajar. Ser frenado por este vehículo y todas sus muchas paradas no era lo que había esperado. Me encontré entrando en un modo automático y reactivo de irritación y tensión.

Sin embargo, algo me llamó la atención que interrumpió mi espiral descendente. En la primera parada de autobús, el niño más adorable y su hermano un poco mayor salieron de su casa. El niño me recordó a mi hijo, oh, hace tantos años, parecía otra vida. Así que comencé a observar con mayor curiosidad cómo una niña en edad escolar bajaba del autobús y corría a saludar a sus hermanos, levantando al menor en sus brazos de una manera sorprendentemente maternal para su edad.

De repente, este viaje del viaje en autobús se convirtió en una oportunidad para observar los momentos de conexión y reunión, para preguntarse cómo fueron los días de estos niños, para maravillarse con el proyecto tridimensional de una niña en equilibrio con orgullo en sus manos con la mochila a cuestas; ver a otro niño mientras su perro saltaba sobre él excitado con inmenso afecto; y preguntarse qué cuidadores saludarían a estos niños al final de su largo día, esperando que fueran recibidos con cariñosos abrazos. Lo que podría haber sido un largo viaje de creciente irritabilidad y estrés, se convirtió en una oportunidad para saborear unos momentos de cálida ternura.

Esta breve experiencia me recordó que la vida está llena de muchos inconvenientes y molestias diarias, pero que cómo los manejamos puede contribuir en gran medida a nuestro estrés O a nuestro bienestar. Hay más ocasiones de las que me gustaría admitir que me quedo atrapado en el estrés, pero es reconfortante recordar que la elección está ahí, responder desde un lugar más abierto en lugar de reaccionar habitualmente. Incluso algunas de las molestias más grandes pueden presentar oportunidades para cambiar de nuestro modo de supervivencia instintivo de lucha o huida a una presencia más abierta y espaciosa que invita a la conexión y la compasión, por los demás y por nosotros mismos.

Recientemente, estaba enloquecido por esta fascitis plantar (dolor de talón) que ha estado ocurriendo desde hace seis meses y no parece resolverse, a pesar de haber intentado tantas cosas para ayudarlo. En el momento de un brote (de mi dolor, y también de mi estado de ánimo agitado), de repente me di cuenta de que estos pies míos me han estado apoyando y sosteniéndome toda mi vida, ¡más de medio siglo! Esa comprensión me cambió de un sentimiento de irritación y enojo a uno de asombro y gratitud. Cuando hice una pausa para reconocer la enormidad de lo que hacen mis pies día tras día, me permitió experimentar algo de aprecio por algo que normalmente doy por sentado. Al experimentar esta emoción más positiva, mi autocompasión se transformó en autocompasión.

Entonces, ¿cómo tomamos los momentos de molestia e irritación y los transformamos en algo más nutritivo? Aqui hay algunas sugerencias:

  • Nombra lo que estás sintiendo. Sea amable con usted mismo. Quizás reconozca "este es un momento de dificultad". Cuando nombramos nuestras emociones, a menudo ayuda quitarles la intensidad. Cuando nos tomamos el tiempo para nombrar nuestros sentimientos, también creamos el espacio para experimentar una mayor autocompasión y tranquilidad.
  • Observe las tendencias habituales y, a menudo, instintivas de reaccionar desde un lugar automático de estrés. Cuando nuestro cerebro percibe una amenaza, el estrés es nuestra respuesta evolutiva. Una vez que pueda aceptar esta reacción inicial como parte de nuestra humanidad común, existe la oportunidad de hacer una pausa y reconocer que lo más probable es que esta no sea una situación que ponga en peligro la vida. De hecho, podría ser relativamente menor en el gran esquema de tu vida. Ayudar al sistema nervioso autónomo a recuperar la seguridad con unos minutos de respiración consciente puede ser de gran ayuda. Una vez que el cuerpo se siente más tranquilo, es más fácil ver las cosas desde una perspectiva más amplia.
  • Pregúntese qué oportunidad podría presentarse en esta situación aparentemente difícil. Experimente para ver si puede encontrar un sentimiento opuesto, más positivo, escondido en la situación en la que se encuentra. Incluso puedes convertir esto en un juego si quieres. Por ejemplo, si está atascado en el teléfono tratando de resolver un problema con su compañía de seguros, podría pensar en cómo es el día de la otra persona al tener que contestar teléfonos todo el día y tratar con clientes descontentos. Esto podría presentar una oportunidad para ofrecer un tono más amable o una expresión de aprecio genuino. Si está atrapado en una fila o en el tráfico, es posible que mire a su alrededor y note cosas que normalmente no notaría, como la persona que está a su lado y que también está sufriendo. Un momento de compasión o conexión o una mirada comprensiva de usted a otro pueden ayudar a cambiar su estado de ánimo. Si tiene que hacer un recado inconveniente, tal vez podría convertirlo en una oportunidad para escuchar música edificante o un podcast inspirador.
  • Disminuir el zoom. Imagina que tienes una lente de cámara o binoculares y aleja el zoom para poder ver la vista más amplia posible. Tenga en cuenta todos los ángulos y perspectivas que no involucran su punto de vista inmediato. Por ejemplo, antes de reaccionar cuando descubras que tu cónyuge dejó sus platos en el fregadero (o algo más que te moleste), considera todas las veces que te ha ayudado con las tareas y considera el día que tuvo y su nivel de estrés actual. Luego, elabore su respuesta desde este punto de vista más amplio.

Observe el bienestar que le espera cuando encuentre pequeñas formas de cambiar a lo largo de su día y desafíese a encontrar estas oportunidades tan a menudo como pueda. Ese próximo desvío molesto podría ser su oportunidad para tropezar con algún tesoro inesperado.

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