Cerebro adolescente conectado al riesgo

Todo el mundo sabe que los adolescentes suelen tomar decisiones arriesgadas. Ahora, los investigadores creen que existen bases biológicas para las malas decisiones.

Estudios anteriores han encontrado que los adolescentes tienden a ser más sensibles a las recompensas que los niños o los adultos.

Russell Poldrack y sus colegas investigadores de la Universidad de Texas han dado el primer paso importante para identificar qué sistemas cerebrales hacen que los adolescentes tengan estos impulsos y qué implicaciones pueden tener estas diferencias biológicas para el comportamiento imprudente de los adolescentes.

“Nuestros resultados plantean la hipótesis de que estos comportamientos de riesgo, como experimentar con drogas o tener relaciones sexuales sin protección, en realidad están impulsados ​​por la hiperactividad en el sistema de dopamina mesolímbico, un sistema que parece ser la vía final a todas las adicciones, en el cerebro adolescente, —Dijo Poldrack.

Poldrack, profesor de los departamentos de psicología y neurobiología, dirige el Centro de investigación de imágenes de la universidad, donde los investigadores utilizan la tecnología funcional de imágenes por resonancia magnética (fMRI) para estudiar la actividad cerebral.

En el estudio, los participantes de entre ocho y 30 años realizaron una tarea de aprendizaje en la que categorizaron una imagen abstracta en una de dos categorías y se les dio retroalimentación mostrando la respuesta correcta.

Para asegurar la motivación, se les dio una recompensa monetaria por cada respuesta correcta.

Sin embargo, lo que más interesaba a los investigadores era cómo respondía el cerebro de cada participante al "error de predicción de la recompensa" (o la diferencia entre el resultado esperado de una acción y el resultado real) a medida que aprendían a categorizar las imágenes.

“El aprendizaje parece depender del error de predicción porque si el mundo es exactamente como esperabas que fuera, no hay nada nuevo que aprender”, dijo Poldrack. Investigaciones anteriores han demostrado que el sistema de dopamina en el cerebro responde directamente a los errores de predicción.

Los investigadores midieron las llamadas señales de error de predicción positivas en los cerebros de los participantes a medida que los participantes descubrieron los resultados de sus respuestas y el tamaño de sus recompensas.

Los adolescentes mostraron los picos más altos en estas señales de error de predicción, lo que probablemente significa que tuvieron la mayor respuesta de dopamina.

Se sabe que la dopamina es importante para la motivación para buscar recompensas.

De ello se desprende, entonces, que las mayores señales de error de predicción en el cerebro adolescente podrían resultar en una mayor motivación para adquirir resultados más positivos y, por lo tanto, una mayor asunción de riesgos.

Poldrack confía en que los estudios futuros explorarán en mayor profundidad las razones biológicas del comportamiento estereotipado de los adolescentes.

En cuanto a si algún estudio puede absolver a los adolescentes de la culpa de sus payasadas, dijo: "Esa es una pregunta para los filósofos".

Fuente: Universidad de Texas en Austin

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