Bullying y angustia adolescente
No pueden quitarnos el respeto por nosotros mismos si no se lo damos. ~ Mahatma Gandhi
Su voz tenía el tono de una adolescente que lo sabe todo. Lo que sabía, con convicción y absoluta certeza, era que era fea. Sí, la gente decía que tenía unos bonitos y grandes ojos marrones. Pero su rostro, su rostro estaba todo mal. Los niños se burlaban de ella con lo "horrible" que se veía; la llamaban "cara de caballo" y "labios grandes".
Ella sabía lo que querían decir. Tenía un rostro alargado y estrecho, labios grandes, dientes delanteros grandes y ojos grandes y saltones. Odiaba cómo se veía.
Para sus padres, ella era hermosa. Para ella misma, siempre fue "Jackie con cara de caballo". Ella quería esconderse. Tenía el pelo largo y liso que solía cubrir su rostro. Tenía una manera de mantener la cabeza baja e inclinarse hacia adentro, de modo que la gente nunca pudiera verla bien. Cuando se sentía particularmente mal consigo misma, se clavaba las uñas en la piel. El dolor se sintió bien. Fue una distracción de su dolor psíquico.
Sus padres se preguntaban qué pasó con la niña que solía ser. Hace apenas unos años, era una niña a la que le encantaba divertirse, que correteaba con otros niños y que casi nunca se preocupaba por nada. Sabían que ese chico tenía que estar ahí en alguna parte. Sin embargo, cada vez que le decían lo bonita que era, lo inteligente que era, lo encantadora que era, Jackie se echaba a llorar y les gritaba que "no entienden".
Sí, la adolescencia puede ser una época difícil. Escuchamos sobre niños que son humillados hasta la muerte por matones. Eso es raro, gracias a Dios. Sin embargo, no es raro que los niños que se complacen en humillar a los demás los tilden de "feos", "estúpidos", "torpes" o "putones". Si un niño cree en esas burlas, pasar el día se convierte en un esfuerzo hercúleo. Un corazón pesado es un gran peso para llevar día tras día.
Hoy, Jackie está en un lugar mucho mejor. Felizmente, ha vuelto al mundo del único adolescente ligeramente ansioso. Le tomó tiempo, porque no podía simplemente librarse de la humillación, sin importar lo que dijeran sus padres. Sin embargo, consintió en probar la psicoterapia para ver si sería útil.
Al principio, sentía una breve sensación de bienestar después de una sesión. Se la podía escuchar sin juzgarla. Podía decir lo que pensaba sin que nadie intentara cambiarla. Podría desarrollar compasión por sí misma. Podía admitir que se había convertido en una minuciosa perfeccionista. Podía reconocer que estaba obsesionada con lo que estaba mal en su apariencia.
Jackie necesitaba hablar libremente sobre sus pensamientos y sentimientos internos antes de que pudiera ocurrir cualquier cambio significativo. Para el deleite de sus padres, esa niña "que solía divertirse y no preocuparse todo el tiempo" emergió una vez más, pero esta vez tenía la madurez y la fuerza de carácter para:
- Deja atrás las heridas, negándote a dejar que la definan o la arrastren.
- Debes saber que hay mucho más en la vida que lucir perfecta.
- Reconoce que hay todo tipo de belleza.
- Reconoce que la vida crea desafíos que requieren que pienses por ti mismo.
- Aprecia que sin lucha no hay progreso.
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