Cómo desenredarse de las trampas cognitivas

El psiquiatra Aaron Beck, fundador de la terapia cognitivo-conductual, sentó las bases para las siguientes distorsiones cognitivas. Si bien todos nos involucramos en ellos de vez en cuando, se convierten en un problema cuando se desangran en nuestra vida diaria, causando depresión, aislamiento y ansiedad.

Preste atención a la cantidad de veces que emplea estas distorsiones a diario o semanalmente. Una vez que se dé cuenta de que lo hace, puede hacer el esfuerzo de reducir conscientemente la frecuencia con la que participa en ellos.

  1. Sobregeneralización
    Tienes una o dos experiencias negativas y piensas que todo en el futuro se desarrollará de la misma manera. Irónicamente, en una profecía autocumplida, usted desea que esto suceda, confirmando sus convicciones erróneas.
  2. Debería, debería, podría
    Vives en un mundo "debería": "Debería haber hecho esto, para que esto no hubiera sucedido". Déjalo ir. Las cosas se desarrollaron de una manera particular por una razón. Dite a ti mismo que lo harás mejor la próxima vez.
  3. Pensamiento en blanco y negro
    Es difícil para ti ver posibilidades fuera de la caja. Tenga en cuenta que hay muchas opciones, y esas opciones a menudo residen en el mundo gris. Existe muy poco en el ámbito del todo o nada.
  4. Sesgo de negatividad
    Si alguien dice algo que no es lo que tú percibes como positivo, automáticamente piensas que todo lo negativo se producirá y te quedas en esta espiral o red negativa. Continúas insistiendo en el asunto y no puedes escapar. Estás atrapado por tus propios pensamientos.
  5. Lectura mental
    Crees en tus pensamientos, lo que a menudo te lleva a creer que sabes lo que piensan otras personas. En un estudio reciente, los hallazgos revelaron que los psicólogos solo adivinan el 50 por ciento de las veces lo que realmente piensan sus pacientes.
  6. Catastrófico
    Cuando exageras las cosas, creas una red de angustia que te lleva a fantasear sobre las formas en las que todo puede salir mal.
  7. Autoculparse
    Culparse a sí mismo por cosas que pueden haber salido mal solo conduce a sentimientos de culpa, lo que por supuesto perpetúa un círculo vicioso de angustia. Aceptar la responsabilidad de sus errores mientras piensa en formas de mejorar en el futuro es la ruta más saludable. No es saludable creer que todo sucede por tu culpa o por ti. La mayoría de estos sucesos tienen más de una causa, la menor de las cuales probablemente sea su contribución total.
  8. Etiquetado incorrecto
    Juzga mal o malinterpreta situaciones. Por ejemplo, piensa que es un fracaso cuando todo lo que hizo fue cometer un error.
  9. Convertir lo positivo en negativo
    Encuentra razones para desconfiar de los demás, incluso de los amigos, y tiende a rechazar los cumplidos genuinos que se dan libremente. Esta forma de pensar envenena lo positivo, desalienta las amistades y socava la intimidad.
  10. Pensamientos como cosas
    Crees que tus pensamientos son reales, cuando en realidad son solo pensamientos. Aprenda a dejarlos ir, especialmente los que no son objetivamente verdaderos o que no se pueden saber con certeza. No hacer esto puede llevar a un etiquetado incorrecto, especialmente cuando tomas algo que solo existe en tu cabeza y lo haces realidad.
  11. Razonamiento emocional
    Piensas que si sientes algo, entonces debe ser verdad. Por ejemplo, se siente ansioso y concluye con certeza que sucederá algo terrible.
  12. Ampliar / minimizar
    Tiende a reducir la importancia de algo, o hacer una montaña de un grano de arena. Ser capaz de ver el desarrollo de las cosas con una luz clara y objetiva es la clave, aunque no siempre es fácil.

La conciencia es siempre el primer paso en el proceso de cambio. La terapia cognitivo-conductual puede ayudarlo a identificar y administrar sus procesos de pensamiento para que pueda tener una forma más saludable de ver la vida.

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