10 razones comunes para mentirle a su terapeuta
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Hace unas semanas, escribí un artículo titulado "¿Por qué le mentiría a su terapeuta?" que parece haber tocado un nervio con los clientes y los terapeutas por igual.
El artículo cuestionaba por qué, cuando pagaba un buen dinero por un terapeuta, dedicaba el tiempo a mentirles.Era una pregunta honesta con la que los psicoterapeutas a veces lidiaban, especialmente después de ver a un cliente por un tiempo y luego descubrir alguna información realmente grande o importante que el cliente no había mencionado previamente. (En muchos casos, la palabra "mentir" puede implicar una intención donde no existe. Omitir cierta información, o simplemente no ser consciente de su importancia, no significa que una persona sea intencionalmente falsa).
Las respuestas a ese artículo fueron sorprendentes y reveladoras, proporcionando una plétora de razones por las que la gente no siempre revela todo completamente a su terapeuta. Quiero agradecer a mis lectores por la esclarecedora conversación. Después de analizar las respuestas, he compilado una lista de las diez razones más comunes por las que las personas no siempre son sinceras con sus terapeutas.
Las razones
- 1. Información dolorosa o vergonzosa. Quizás la razón citada con más frecuencia también es la más obvia: discutir un tema que es extremadamente doloroso emocionalmente, vergonzoso o vergonzoso es simplemente difícil hablar con él. nadie acerca de. Los seres humanos no somos intrínsecamente buenos para hablar de cosas vergonzosas sobre nosotros mismos o sobre cómo nos sentimos o nos comportamos. Ocultamos nuestra vergüenza y nuestro dolor a los demás, y se necesita tiempo y esfuerzo para ir en contra de años de hacerlo solo porque comenzamos una relación de psicoterapia.
2. No sabía que era importante; negación. Otro tema común fue que no es realmente una mentira si una persona no sabe que la información es importante o valiosa para su progreso en la terapia. Un problema que el cliente cree que es irrelevante para la terapia puede, de hecho, ser muy relevante e importante cuando finalmente se revela. Esto puede deberse a la falta de percepción del cliente, pero también puede ser parte del problema en sí: negación, creencias delirantes o falsas, o una distorsión cognitiva, donde nuestras mentes nos han convencido de que un pensamiento en particular es cierto cuando no lo es. La persona que busca terapia simplemente puede no saber o reconocer cuál es realmente la "verdad", o puede que no esté preparada para que se le revele esa verdad.
3. Mi terapeuta me juzgará. Recibí muchas críticas por sugerir que los terapeutas de alguna manera estaban por encima de juzgar a sus clientes. Quizás estaba perdido en mi mundo idealista de profesionales de la terapia, pero sigo creyendo que los buenos profesionales intentan no juzgar a sus clientes. El hecho es que el juicio ocurre y, a veces, los terapeutas no siempre manejan sus actitudes o creencias de juicio de una manera positiva y terapéutica.
Algunos terapeutas juzgan a los clientes por lo que les dicen en la terapia, o descartan sus preocupaciones o respuestas emocionales, y esa es una razón por la que muchas personas se abstienen de desnudar sus almas en psicoterapia. Algunos terapeutas no escuchan cuando esa es su principal responsabilidad. Tal comportamiento del terapeuta puede llevar a una persona a sentirse mucho peor consigo misma, cuando la terapia tiene como objetivo ayudar a una persona a sentirse mejor consigo misma. Un cliente a menudo se calla y deja de ser sincero (“¡Todo está bien!”) Porque ha aprendido que su terapeuta actual simplemente no lo va a ayudar.
4. Mi terapeuta me informará. Otro temor común era el estatus de los terapeutas en la mayoría de los estados como "reporteros obligatorios". Si las personas están en peligro de hacerse daño a sí mismas, a otros, a un anciano oa un niño, los terapeutas deben informar tales comportamientos (y, dejando más a la discreción del terapeuta, los pensamientos) a la agencia estatal correspondiente. Luego, dichos informes pueden convertirse en parte de una base de datos central, lo que significa que los clientes pueden ser marcados de por vida con una etiqueta como "riesgo de suicidio" o "abusador de niños" independientemente de si se trata de una condición permanente. Aunque tales preocupaciones son relativamente raras en el contexto de las razones de la mayoría de las personas para buscar psicoterapia, es una preocupación legítima.
5. Confianza y comunicación con su terapeuta. El proceso de la terapia crea una relación compleja y que requiere tiempo, esfuerzo y energía de ambas partes para construirla. Sin una relación sólida y una confianza sólida, las personas a menudo se sienten a la defensiva y en guardia en la psicoterapia y es posible que no compartan todo lo que podrían o deberían compartir. La confianza debe ganarse, un proceso que requiere tiempo y paciencia. Los clientes pueden retener información hasta que sientan que la confianza está en su lugar. Si una persona no confía en su terapeuta, no estará dispuesta a compartir todo con él o ella.
6. Mentir como mecanismo de supervivencia. A menudo, las personas aprenden a mentir hábilmente para evitar el abuso o el trauma continuo. Deshacer el uso común de ese mecanismo de afrontamiento llevará tiempo, incluso con un terapeuta capacitado y confiable.
7. Solo se necesita tiempo. Muchas personas señalaron que construir esa confianza y simpatía con el terapeuta de uno solo lleva tiempo. Como seres humanos y sociales, hemos aprendido a usar ciertas máscaras que no siempre son fáciles de soltar solo porque deberíamos. El proceso terapéutico es complicado y complicado. Tanto el terapeuta como el cliente deben tomarse el tiempo y hacer el esfuerzo de desenterrar la verdad.
Para algunas personas, la confianza y la simpatía pueden no ser suficientes. Puede llevar mucho tiempo poder hablar con un terapeuta sobre años de lucha con una experiencia. Hay capas y capas de "verdad" y una relación psicoterapéutica puede ser dinámica y compleja.
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