3 visiones de las relaciones como un camino espiritual

Muchos de nosotros estamos cansados ​​de la religión que mira hacia afuera y no nos sentimos alimentados por psicoterapias que descuidan nuestro potencial espiritual. Es posible que permanezcamos en un vacío inexplicable hasta que prestemos atención al crecimiento espiritual y al despertar.

Pero la palabra “espiritual” se usa tan en exceso que puede perder su significado.

Aquí hay tres cosas que la espiritualidad significa para mí ...

  1. Conectando con lo sagrado de la vida
  2. Rendirse a algo más allá de nuestro yo limitado
  3. Ver las cosas con claridad

La palabra "espiritual" puede volverse menos oscura a medida que nos damos cuenta de que estas direcciones son precisamente lo que las relaciones íntimas nos piden. El mismo crecimiento que llamamos “espiritual” es paralelo a lo que se necesita para tener conexiones saludables y satisfactorias en nuestras vidas.

1. Conexión con la santidad de la vida.

Estar vivo es un regalo sagrado. Es un regalo maravilloso cuando alguien se comparte con nosotros, abriendo su corazón e invitándonos a su mundo.

Cuando las personas nos honran al compartir sus sentimientos y anhelos, o lo que sea que estén viviendo auténticamente en este precioso momento, están dando un salto de fe. Confían en que guardaremos con ternura lo que exponen sobre sí mismos sin juzgarlos ni avergonzarlos, ni traicionar sus confidencias.

Las relaciones íntimas implican una confianza sagrada, basada en un tierno compartir de nuestro mundo interior. Se crea un clima seguro para la intimidad a través de nuestra valiente apertura mutua y la capacidad de escuchar profundamente.

Como explico en Bailando con fuego: una forma consciente de amar las relaciones:

Como la vida misma, la intimidad no puede ser ordenada o diseñada, lo que explica por qué las relaciones pueden ser tan enloquecedoras. Pero aunque no podemos controlar el flujo de una intimidad llena de maravillas, tenemos el poder de crear condiciones en las que es más probable que surja una intimidad luminosa. Podemos aprender a descansar en nosotros mismos de una manera en que las personas se sientan cómodas acercándose a nosotros. … Nuestra disponibilidad para la intimidad es un aspecto sagrado de quienes somos.

2. Rendirse a algo más allá de nuestro limitado sentido del yo.

La espiritualidad se trata de conectarse. Estamos invitados a estar abiertos a una posibilidad más grande que cualquier cosa que podamos imaginar.Abrir nuestra alma al misterio y la grandeza de la vida nos libera de la prisión de nuestro aislamiento centrado en el ego. Reconocemos que participamos de una realidad mucho más grande que nosotros.

Las relaciones amorosas nos piden algo similar. Se nos invita a abrirnos a la "alteridad" de los demás, respetando que no somos nosotros. En lugar de aferrarnos firmemente a nosotros mismos, aferrarnos a posiciones, opiniones y juicios fijos, se nos pide que ampliemos nuestra perspectiva. Estamos invitados a dejar ir nuestro anhelo de manipular a las personas y controlar la vida, y permitir que surjan conexiones a través de algo misterioso que está más allá de nuestro control. Como dijo el teólogo judío Martin Buber, "El Tú me encuentra a través de la gracia; no se puede encontrar buscando".

3. Ver las cosas con claridad.

La meditación de atención plena (o vipassana) nos anima a ver las cosas como son en lugar de aferrarnos a cómo nos gustaría que fueran. Vipassana significa "ver claramente" o "ver profundamente". Suavemente dirigimos la atención hacia lo que sea que estemos experimentando en el momento. Estar con "lo que es" permite que nuestra experiencia se asiente y se desarrolle.

De manera similar, si queremos relaciones saludables y vibrantes, se nos invita a ver a los demás como son, incluidos sus miedos, heridas y esperanzas. La intimidad surge entre dos personas que se ven claramente en lugar de intentar controlarse, cambiarse o manipularse mutuamente.

Una práctica de meditación o atención plena puede ayudar a calmar nuestra mente de una manera en la que estemos más presentes y disponibles. A medida que nuestra mente turbulenta se calma, podemos ver a los demás con mayor claridad. Podemos notar más fácilmente lo que estamos experimentando por dentro. Entonces estamos bien posicionados para compartir esa experiencia, por vulnerable que sea, en lugar de aferrarnos a nuestros juicios fijos y percepciones de los demás, lo que aleja a las personas.

La espiritualidad auténtica se trata de conectarse con la vida, no de separarse de ella. Las relaciones son un camino espiritual en la medida en que nos conectamos conscientemente con lo que es. Las amistades y asociaciones satisfactorias se desarrollan de manera más natural a medida que nos abrimos a la vida que fluye dentro y fuera de nosotros.

Disfruta de este video gratuito sobre cómo crear más intimidad en nuestras vidas (una entrevista en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile)


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