Las jóvenes víctimas de ciberacoso corren un riesgo doble de autolesiones

Un nuevo estudio del Reino Unido encuentra que los niños y jóvenes menores de 25 años que se convierten en víctimas de ciberacoso tienen más del doble de probabilidades de autolesionarse e intentar suicidarse que los no víctimas.

Un aspecto interesante del ciberacoso es que el perpetrador, o la persona que comete el ciberacoso, también es más probable que experimente pensamientos y comportamientos suicidas.

La investigación colaborativa, dirigida por investigadores de la Universidad de Birmingham, incluyó la revisión de más de 150.000 niños y jóvenes en 30 países, durante un período de 21 años.

Sus hallazgos, publicados en acceso abierto en Más uno, destacó el impacto significativo que la participación del ciberacoso (como agresores y víctimas) puede tener en los niños y jóvenes.

Los investigadores dicen que muestra una necesidad urgente de prevención e intervención efectivas en las estrategias de acoso.

El profesor Paul Montgomery, de la Universidad de Birmingham, explica: “La prevención del ciberacoso debe incluirse en las políticas escolares contra el acoso. Se necesitan pautas para conceptos más amplios como ciudadanía digital, apoyo de pares en línea para las víctimas y cómo un espectador electrónico podría intervenir adecuadamente. Además, se deben crear intervenciones específicas, como cómo contactar a las empresas de telefonía móvil y los proveedores de servicios de Internet para bloquear, educar o identificar a los usuarios.

"La prevención e intervención del suicidio es esencial dentro de cualquier programa integral contra el acoso y debe incorporar un enfoque de toda la escuela para incluir la concienciación y la capacitación para el personal y los alumnos".

Se han realizado varias recomendaciones clave:

  • La participación en el ciberacoso debe ser considerada por los legisladores que implementan programas de prevención del acoso (además del acoso tradicional) y de uso seguro de Internet;
  • Los médicos que trabajan con niños y jóvenes y que evalúan problemas de salud mental deben preguntar de forma rutinaria sobre las experiencias de ciberacoso;
  • El impacto del ciberacoso debe incluirse en la formación de los profesionales de la salud mental de niños y adolescentes;
  • Los niños y jóvenes involucrados en el ciberacoso deben ser evaluados para detectar trastornos mentales comunes y autolesiones;
  • Los programas escolares, familiares y comunitarios que promueven el uso apropiado de la tecnología son importantes;
  • La prevención del ciberacoso debería incluirse en las políticas escolares contra el acoso escolar, junto con conceptos más amplios como ciudadanía digital, apoyo en línea de pares para las víctimas, cómo un espectador electrónico podría intervenir de manera apropiada; e intervenciones más específicas, como cómo comunicarse con las compañías de telefonía móvil y los proveedores de servicios de Internet para bloquear, educar o identificar a los usuarios;
  • La prevención e intervención del suicidio es esencial dentro de cualquier programa integral contra el acoso y debe incorporar un enfoque de toda la escuela para incluir la concienciación y la capacitación para el personal y los alumnos.

El estudio también encontró un fuerte vínculo entre ser una víctima cibernética y un perpetrador. Se descubrió que esta dualidad pone a los hombres en un riesgo mayor de depresión y conductas suicidas.

Los investigadores destacaron que estas vulnerabilidades deben reconocerse en la escuela para que los comportamientos de acoso cibernético se vean como una oportunidad para apoyar a los jóvenes vulnerables, en lugar de para la disciplina.

Se recomendó que los programas y protocolos de lucha contra el acoso escolar aborden las necesidades tanto de las víctimas como de los perpetradores, ya que la posible exclusión escolar podría contribuir a la sensación de aislamiento de una persona y provocar sentimientos de desesperanza, a menudo asociados con comportamientos suicidas en los adolescentes.

También se encontró que los estudiantes que fueron víctimas cibernéticas tenían menos probabilidades de denunciar y buscar ayuda que los víctimas por medios más tradicionales, destacando así la importancia de que el personal de las escuelas fomente la “búsqueda de ayuda” en relación con el acoso cibernético.

Fuente: Universidad de Birmingham / Newswise

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