La credulidad extrema es una señal de advertencia de la demencia

Las personas con enfermedades neurodegenerativas (la enfermedad de Alzheimer y la demencia son buenos ejemplos) tienen dificultades para detectar mentiras y sarcasmo, según un estudio de la Universidad de California en San Francisco.

Los investigadores pidieron a un grupo de adultos mayores (una mezcla de adultos sanos y personas con enfermedades neurodegenerativas) que vieran videos de conversaciones, algunas en las que las personas decían la verdad y otras en las que no.

Mediante imágenes de resonancia magnética (IRM), los científicos pudieron determinar qué partes del cerebro gobiernan la capacidad de una persona para identificar el sarcasmo y las mentiras. Las imágenes revelaron las asociaciones entre el deterioro de partes particulares del cerebro y la incapacidad de detectar un habla insincera.

“Estos pacientes no pueden detectar mentiras”, dijo la neuropsicóloga de UCSF, la Dra. Katherine Rankin, miembro del Centro de Memoria y Envejecimiento de UCSF y autora principal del estudio. "Este hecho puede ayudarlos a ser diagnosticados antes".

La investigación es parte de un estudio más amplio en el Centro de Memoria y Envejecimiento de la UCSF que examina las emociones y el comportamiento social en las enfermedades neurodegenerativas como una forma de predecir, diagnosticar y prevenir mejor estas afecciones.

“Tenemos que encontrar a estas personas temprano”, dijo Rankin. En general, los científicos sugieren que el diagnóstico temprano brindará la mejor oportunidad de intervención cuando los medicamentos estén disponibles.

La capacidad de distinguir una mentira de la verdad reside en el lóbulo frontal del cerebro. En enfermedades como la demencia frontotemporal, el lóbulo frontal es una de las áreas que continuará degenerando debido a la acumulación de proteínas dañadas conocidas como tau y la muerte de neuronas en esas áreas. Las personas que envejecen normalmente sin neurodegeneración, por otro lado, generalmente no sufren una disminución significativa en su capacidad para comprender el sarcasmo y el engaño.

Los lóbulos frontales están fuertemente asociados con el pensamiento humano complejo y de orden superior; por lo tanto, no poder detectar una mentira es solo una de las varias formas en que la enfermedad puede manifestarse. Los primeros síntomas pueden incluir una serie de diferencias en el comportamiento, incluida la actuación de formas socialmente inapropiadas o experimentar cambios fundamentales en las creencias, por ejemplo, cambios en las opiniones políticas o en las religiones.

Irónicamente, estos síntomas a menudo se pasan por alto porque se atribuyen erróneamente a la depresión o una grave crisis de la mediana edad.

Para el estudio, el equipo de investigación reclutó a 175 voluntarios, más de la mitad de los cuales tenían algún tipo de neurodegeneración. Los participantes vieron videos de dos personas hablando, una de las cuales ocasionalmente mentía o usaba sarcasmo, un hecho que se hizo evidente a través de señales verbales y no verbales. Luego, a los voluntarios se les preguntó si y no con respecto a las conversaciones.

Los participantes sanos pueden distinguir fácilmente la diferencia entre el habla sincera y la insincera. Sin embargo, aquellos con demencia frontotemporal eran menos capaces de discernir entre mentiras, sarcasmo y hechos. Los pacientes con diferentes formas de demencia, como la enfermedad de Alzheimer, hicieron un mejor trabajo.

Los científicos utilizaron la resonancia magnética para generar imágenes extremadamente precisas del cerebro de los sujetos. Las imágenes revelaron que las diferencias en los volúmenes de ciertas regiones del cerebro se correlacionaban con la incapacidad de detectar el sarcasmo o la mentira.

Según Rankin, la investigación debería ayudar a crear conciencia sobre el hecho de que la credulidad severa en realidad puede ser un síntoma inicial de demencia, algo que podría ayudar a que más pacientes sean diagnosticados correctamente y reciban un tratamiento más temprano.

“Si alguien tiene un comportamiento extraño y deja de entender cosas como el sarcasmo y las mentiras, debe ver a un especialista que pueda asegurarse de que este no sea el comienzo de una de estas enfermedades”, dijo Rankin.

Fuente: Universidad de California

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