¿Está desactualizada la prueba de manchas de tinta de Rorschach?

Una prueba psicológica bien establecida está siendo objeto de investigación a medida que un nuevo esfuerzo de investigación revisa la confiabilidad y validez de la prueba.

La prueba de manchas de tinta de Rorschach implica que un espectador observe diez manchas de tinta, una a la vez, y describa lo que ven. Un psicólogo interpreta los hallazgos, basándose en la investigación realizada sobre lo que otros han descrito en cada mancha de tinta. En algunos casos, estas respuestas se han sistematizado en una forma de analizar las respuestas de otros.

El fundamento de esta prueba es que ciertos aspectos de la personalidad del sujeto se expondrán a medida que interprete las imágenes, lo que permitirá el posible diagnóstico de diversos trastornos psicológicos.

La nueva revisión determinó que, a pesar de su popularidad, el Rorschach puede no ser la mejor herramienta de diagnóstico y que los médicos deben ser cautelosos al utilizar esta técnica e interpretar sus resultados.

La prueba de mancha de tinta de Rorschach se desarrolló en la década de 1920, pero ya estuvo envuelta en una controversia en 30 años. Los críticos argumentaron que no siempre se administró de manera estandarizada y faltaban pruebas de su fiabilidad.

Sin embargo, el Rorschach fue revivido en la década de 1970 con la publicación del Comprehensive System (CS) de John Exner, que detallaba estándares y normas para analizar los resultados. A la CS se le atribuyó el mérito de proporcionar una base científica concreta para la prueba de Rorschach y se volvió ampliamente utilizada en entornos clínicos y forenses.

Los defensores del Sistema Integral Exner afirmaron que también proporcionaba una gran cantidad de información para adultos y niños que no eran pacientes.

Sin embargo, los críticos de este sistema argumentan que las normas establecidas por CS están desactualizadas y se basan en tamaños de muestra pequeños. Además, las normas de CS no son representativas de la población y en realidad clasifican a una parte de los sujetos normales con tendencias patológicas.

Muchos estudios también han cuestionado la fiabilidad de la puntuación de la CS; es decir, una serie de experimentos han demostrado que dos profesionales puntuarán un tema de manera muy diferente utilizando el método CS.

Los autores observan que "los desacuerdos pueden tener implicaciones particularmente graves si los resultados de las pruebas se utilizan para llegar a recomendaciones clínicas o legales importantes".

Además, algunos estudios sugieren que puede haber un sesgo cultural asociado con el SC. Las investigaciones han demostrado que los negros, los hispanos y los nativos americanos obtienen puntajes diferentes en una serie de variables en el CS en comparación con los caucásicos.

Los autores señalan que "se han informado discrepancias similares para las puntuaciones de CS en países de América Central y del Sur, así como en varios países europeos". Estos hallazgos sugieren que cualquier dato de CS adquirido de varios grupos raciales y culturales debe interpretarse con extrema precaución.

Los autores reconocen que no todas las noticias sobre la prueba de la mancha de tinta de Rorschach son malas. Existe alguna evidencia de que esta herramienta puede ser útil para identificar pacientes con esquizofrenia, trastorno bipolar y trastorno límite de la personalidad. Sin embargo, es un ejercicio oneroso y que requiere mucho tiempo para la mayoría de los pacientes y psicólogos, cuando existen métodos mucho más fáciles para hacer tales diagnósticos.

Los investigadores también señalan que no se ha demostrado que las respuestas dadas en la administración de la prueba de Rorschach estén relacionadas con el trastorno depresivo mayor, los trastornos de la personalidad antisocial o el trastorno de estrés postraumático.

En general, los autores sugieren que debido a la literatura inconsistente sobre la prueba de mancha de tinta de Rorschach y otras herramientas psicológicas relacionadas, los profesionales deben ser muy selectivos cuando usan estas evaluaciones y las usan de maneras que tengan un fuerte apoyo empírico. Recomendaron que no se use regularmente en la evaluación psicológica o de otro tipo de los pacientes.

"Siempre que sea posible", concluyen los autores, "las evaluaciones forenses y clínicas deben basarse en técnicas de evaluación más confiables, como entrevistas psiquiátricas estructuradas e índices de autoinforme bien validados".

El estudio más reciente se publicó en La ciencia psicológica en el interés público.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

Este artículo ha sido actualizado desde la versión original, que se publicó originalmente aquí el 31 de julio de 2009.

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