Revisar tiene como objetivo allanar el camino hacia una mejor atención del trastorno de estrés postraumático

Una nueva investigación ha avanzado la comprensión científica de cómo se desarrolla y persiste el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los expertos creen que los nuevos hallazgos mejorarán la atención y quizás ayudarán a prevenir el trastorno.

Un número especial del Harvard Review of Psychiatry revisa el creciente cuerpo de evidencia que mejorará la forma en que los psiquiatras entienden la estructura y función del cerebro involucrada en el PTSD. Los expertos creen que el nuevo conocimiento aumentará los esfuerzos para interrumpir los procesos que conducen al desarrollo de síntomas de TEPT en personas traumatizadas.

"El PTSD, si bien es uno de los síndromes definidos más recientemente en psiquiatría, también puede ser uno de los primeros en beneficiarse del progreso en neurobiología y los avances en los enfoques traslacionales de la función y el comportamiento del cerebro", dijo el editor invitado Kerry J. Ressler, MD, Ph .RE. Ressler trabaja en McLean Hospital / Harvard Medical School.

Ressler señaló que los pacientes con PTSD tienen "síntomas característicos de reexperimentación, evitación e hiperactividad", que pueden persistir durante meses o años después de la exposición a eventos traumáticos.

El trastorno de estrés postraumático afecta aproximadamente al 6 por ciento de la población, pero la tasa es mucho mayor en los grupos expuestos a traumas graves, como los veteranos de guerra, los refugiados y las víctimas de agresiones.

Aunque el PTSD es al menos en parte genético, también depende de los antecedentes personales de trauma en la niñez y la edad adulta, así como de factores psicológicos relacionados con la mediación del miedo y la regulación de las emociones.

“Por lo tanto, el trastorno de estrés postraumático se encuentra entre los trastornos psiquiátricos con mayor probabilidad de entenderse desde la perspectiva de las influencias ambientales que interactúan con la vulnerabilidad biológica”, dijo Ressler.

El número especial proporciona actualizaciones de expertos en cuatro áreas clave relacionadas con el desarrollo, diagnóstico y manejo del PTSD:

  • Neurofisiología. La comprensión científica de las respuestas humanas al miedo proporciona información importante sobre cómo se desarrolla y persiste el PTSD. El mecanismo de "extinción del miedo", en el que el miedo aprendido es reprimido por un nuevo aprendizaje, es muy relevante para el TEPT y su tratamiento. Ressler dijo que los tratamientos efectivos para el PTSD, particularmente la terapia de exposición, se basan en los mecanismos de extinción del miedo.
  • Neuroimagen. La investigación también ha avanzado en la identificación de las estructuras y funciones cerebrales involucradas en la desregulación emocional del PTSD. Nuevos hallazgos han identificado biomarcadores de estos procesos desregulados, incluido el funcionamiento anormal de las respuestas al estrés del cuerpo y la disfunción de áreas del cerebro llamadas hipocampo y amígdala. Estas regiones del cerebro están involucradas en la memoria y las respuestas emocionales. Estos descubrimientos pueden apuntar hacia tratamientos dirigidos a las hormonas del estrés y al funcionamiento de estas regiones del cerebro.
  • Resiliencia. El concepto de resiliencia, la capacidad de adaptarse con éxito al trauma o la amenaza, se está estudiando para explicar por qué algunas personas traumatizadas desarrollan síntomas de TEPT y otras no. Las intervenciones para promover la resiliencia tienen potencial no solo como tratamiento para las personas con PTSD, sino también para prevenirlo en poblaciones en riesgo de trauma.
  • Tratamientos basados ​​en evidencia. El número especial concluye con una revisión y actualización de la evidencia detrás de la gama de tratamientos "razonablemente efectivos" para el PTSD. Los enfoques de la psicoterapia abordan las disfunciones subyacentes de la extinción del miedo y la regulación de las emociones. Una clase de antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) son los únicos medicamentos aprobados por la FDA para el TEPT, pero muchos otros medicamentos pueden usarse fuera de la etiqueta para tratar síntomas específicos.

Aunque los tratamientos actuales abordan los mecanismos subyacentes del TEPT, muchos pacientes no mejoran o continúan teniendo síntomas. Además, otros podrían tener una mejor respuesta a los enfoques de tratamiento individualizados.

“Se necesitan avances en neurobiología y ciencias del comportamiento para tratamientos y prevenciones verdaderamente específicos, innovadores y sólidos”, concluyó Ressler.

Fuente: Wolters Kluwer Health / EurekAlert

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