Cuando la sabiduría convencional es simplemente incorrecta

Con demasiada frecuencia en la investigación psicológica, los investigadores miran una variable y luego sacan conclusiones sobre esa variable, asumiendo que han mantenido todas las demás variables iguales. Pero debido a que la vida es tan compleja y nuestro entorno está lleno de tantas posibles explicaciones alternativas para los resultados (los investigadores las llaman "confusiones"), los investigadores a menudo simplemente se equivocan en las conclusiones que extraen de sus datos.

El Washington Post Rick Weiss escribió el domingo un artículo perspicaz que describe algunos ejemplos de la vida real de cómo los investigadores se equivocaron la primera vez. Fue solo después de que se realizaron investigaciones adicionales sobre los datos, a menudo por parte de otros investigadores, donde podemos aprender más sobre lo que realmente significan los datos (si es que tienen algo):

Los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio recibieron poca atención en febrero cuando descubrieron que los jóvenes que pierden la virginidad antes que sus compañeros tienen más probabilidades de convertirse en delincuentes juveniles. Tan obvia y bien establecida fue la contribución del sexo temprano a la delincuencia posterior que la idea ya formaba parte del plan de estudios requerido para los programas federales de "abstinencia exclusiva".

Solo había un problema: probablemente no sea cierto. En igualdad de condiciones, un estudio más exhaustivo ha encontrado que los jóvenes que tienen relaciones sexuales consensuales en la adolescencia o incluso en la preadolescencia tienen, en todo caso, menos probabilidades de participar en conductas delictivas más adelante. […]

“Resulta que no hubo una relación positiva entre la edad del primer sexo y la delincuencia”, dijo Harden.

La forma de reconciliar eso con la evidencia previa de un vínculo es concluir que algunos otros factores están promoviendo tanto el sexo precoz como la delincuencia, dijo. En un correo electrónico, Haynie estuvo de acuerdo. Y el estudio de Virginia, que aparecerá en la edición de marzo de 2008 del Journal of Youth and Adolescence, ofrece algunas pistas.

Encontró que los gemelos idénticos, que tienen el mismo ADN, eran más similares entre sí en las edades en las que perdieron la virginidad que los gemelos fraternos, cuyos patrones de ADN son 50 por ciento iguales, una indicación de que los genes influyen en la edad a la que una persona primero tendrá relaciones sexuales. Otros estudios de gemelos han encontrado el mismo patrón de delincuencia.

Gran material y un ejemplo de dónde un campo (en este caso, la genética) puede ayudar a iluminar los hallazgos de otro campo (psicología).

La ciencia necesita más de este tipo de polinización cruzada entre investigadores. Este tipo de investigación profundiza y no solo acepta la explicación más obvia o la sabiduría convencional como cierta. Especialmente cuando hay motivos para sospechar que está sucediendo algo más.

También enfatiza la continua necesidad de que los investigadores piensen más detenidamente sobre las conclusiones que extraen de sus datos y exploren (o al menos, discutan) posibles explicaciones alternativas para sus hallazgos.

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