Comiendo tu sombra, en honor al día de la marmota
El yo despreciado, el yo repudiado y la sombra: por cualquier nombre, la psicología ha reconocido el lado oscuro de nuestra personalidad en muchas formas. También está en la literatura (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) y en el cine (Cisne negro) es posible que primero lleguemos a conocer la sombra. La psicología ha estado tratando de hacernos lidiar con eso desde hace mucho tiempo. Hay una manera. La mejor forma de afrontarlo es comerlo.
El efecto sombra, de los principales sanadores espirituales de nuestro tiempo, Deepak Chopra, Debbie Ford y Marianne Williamson, es uno de los esfuerzos más recientes para lograr que la gente comprenda esta idea. Ofrecen la receta para recuperar aspectos de nosotros mismos en la sombra. Es la versión popular de lo que Jung habló en la lucha por hacer frente a una sombra personal o colectiva (arquetípica). Para volvernos íntegros debemos asimilar nuestras tinieblas o, como dice el refrán, comernos la sombra.
En una entrevista de 1998 con Scott London, Connie Zweig, autora de Romancing the Shadow, explica su colección de historias de personas que han integrado su sombra personal. Parece seguir en gran medida la idea planteada por Jung de que "[E] todo lo que nos irrita de los demás puede llevarnos a comprendernos a nosotros mismos".
Comiendo tu propia sombra
Si desea probar su propia sombra, permítame ofrecerle una receta que uso cuando enseño a mis estudiantes graduados. Aquí hay un ejercicio que utilizo para ayudarlos a masticar al menos una pequeña parte de su propia sombra:
- Escriba tres personas que realmente no le agraden. Las personas a las que desprecias, con las que discutes, se enfadan. Pero no elija a alguien que pueda tolerar. Elija los más difíciles que pueda.
- Ahora escriba exactamente qué es lo que no le gusta de ellos. Su arrogancia, o distanciamiento, o ira, o sabelotodo, o lo que sea. Cuanto más específico pueda ser, mejor.
- Echa un vistazo al peor del grupo. Observe lo que sucede cuando piensa en él o ella. Una de las cosas de las que te darás cuenta es que tienes una reacción corporal. Tu cuerpo responde a la presencia de esta persona. Quizás tu estómago, tus hombros o tu cuello. Algo de ellos se aloja en tu cuerpo. Averigua dónde está eso. Esta será la señal para ti en el futuro cuando un activador de sombras esté en tu presencia.
- Aquí viene la parte divertida. Mire las características que notó de la persona que le desagrada enormemente. Lo que te darás cuenta es que muy probablemente hayas dedicado tu vida a no ser nada como esta persona. Las mismas características que ha identificado son aquellas que se comprometió consciente o inconscientemente a no mostrar.
- Por lo general, tiene miedo de volverse como ellos porque ha tenido alguna experiencia con ellos o personas como ellos en las que se sintió herido. Para distanciarte de ser como la persona o personas que te lastimaron, te volviste exactamente lo contrario.
- Pero ser lo contrario significa que eres tan prisionero como si te hubieras vuelto como la persona. Siempre estás obligado a ser diferente a ellos. Esto significa que no eres ellos, pero tampoco eres tú.
- Pero si logras no ser como ellos, pierdes. Porque en el esfuerzo por distanciarse de ser lo que no quieres ser, fracasas en convertirte auténticamente en ti. No basta con no ser como ellos. Es importante saber quién es usted.
- Mantenga a esta persona en su mente y sepa que lo que siente por ella, el hecho de que su cuerpo tiembla cuando piensa en ella, es porque teme que algo como ella esté dentro de usted. El sentimiento se origina en ti, no en ellos. Otros pueden verlos y no sentir nada como usted. El sentimiento que tiene de ellos es suyo para examinarlo.
- Aquí está la parte sabrosa. Revise las características de la persona nuevamente, esta vez aceptando que estas son las características de las que más se ha protegido al tener en su vida. Su arrogancia, o ira o indiferencia, son las cosas que residen en ti como potenciales, por lo que luchas tan ferozmente contra ellos.
- Por último, imagina cómo sería permitirte aceptar que estos elementos están dentro de ti, son parte de ti, no algunas características extrañas que están en la otra persona. Intenta aceptarte a ti mismo con estas características: la parte de ti que puede aceptar estos opuestos, el tú que te dedicas a no serlo y el tú que teme estas características.
Cualquiera que perciba su sombra y su luz al mismo tiempo se ve a sí mismo desde dos lados y así se pone en el medio.
Comer la sombra requiere una aceptación radical de quiénes somos realmente, quiénes o en qué tememos convertirnos, y qué hemos hecho para evitar que eso suceda. Al asimilar la sombra, comerla y asimilarla en lugar de proyectarla sobre los demás, nos volvemos completos y auténticos.
Buen provecho.
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