6 secretos del control del apetito de la neurociencia
La última investigación en neurociencia ofrece un curso intensivo sobre "trucos" dietéticos para controlar el apetito y disminuir la ingesta de alimentos. Los métodos conspiran para usar la mente para engañarse a uno mismo y comer menos.1. Reducir la complejidad visual.
Según Rachel Herz, invitada del Centro de Innovación de NPR, los estudios muestran que las gominolas de un solo color en un plato se consumen menos de una sola vez que las gominolas de varios colores. La razón: las gominolas de colores mixtos son más complejas visualmente, lo que las hace más apetecibles para nuestros receptores visuales del gusto.
A la luz de este principio, las personas que hacen dieta seria deberían considerar hacer platos ricos en calorías de apariencia más "sencilla" y, por lo tanto, menos atractivos. Quizás arregle la presentación de la comida para que se vea menos variada y menos suntuosa de lo que realmente es.
2. Utilice la mente sobre la materia.
Este truco es difícil de jugar contigo mismo porque conocer su propósito puede ser contraproducente. (Sin embargo, no hay nada que te impida jugarlo con otra persona). El truco: si crees que un muffin inofensivo es rico en calorías (a pesar de que no lo es), comerlo da como resultado un menor aumento de peso. Suena mágico, pero es verdad. El proceso de cómo valoramos ciertos alimentos puede afectar nuestras hormonas del hambre, en este caso disminuyendo la grelina y aumentando nuestro metabolismo, haciendo que este último queme más calorías.
3. Emplea ilusiones de tamaño.
La ilusión de Delboeuf nos hace sentir como si estuviéramos comiendo menos comida si está en un plato más grande. El plato más grande hace que la comida parezca más pequeña, en comparación con el mismo bocado presentado en un plato más pequeño, lo que aumenta nuestro apetito para compensar la diferencia. El truco ofrece otra sorpresa: funciona incluso si el sujeto conoce la ilusión y sus efectos. ¡Quizás la paradoja del autoengaño visual reemplaza el control "mental" del cerebro sobre la realidad! La lección para aprender: Compre platos más pequeños.
Además: Compre anteojos más altos. Un truco óptico similar se relaciona con el hecho de que tendemos a sobreestimar las longitudes verticales, en comparación con las horizontales. Por lo tanto, la misma cantidad de bebida en un vaso más alto parece más abundante que la misma cantidad en un vaso más corto (y más ancho), lo que hace que nos sintamos más llenos como resultado.
4. Aumente la fuerza de voluntad al reducir el estrés.
No coma cuando esté estresado. No se preocupe por una dieta. Cuando nuestra fuerza de voluntad sufre debido al estrés, la erosión de nuestra fuerza mental dificulta la perseverancia y debilita nuestra moderación frente a la tentación. Asegúrese de mantener una zona de comida libre de estrés.
5. Etiquete los alimentos con la cantidad de millas necesarias para caminar.
A diferencia de la mayoría de las etiquetas para reducir la tentación, se ha descubierto que las etiquetas que indican la cantidad de caminata necesaria para quemar las calorías de una golosina en particular son la táctica más eficaz para frenar la alimentación poco saludable. Quizás la razón subyacente de esto es que simplemente somos vagos. En cualquier caso, parece fructífero pensar en las consecuencias de comer en exceso en términos del esfuerzo futuro necesario para revertirlo.
6. Practique la atención plena a los alimentos.
¡Preste atención a lo que está comiendo! El engullir bocadillos no debe imitar un ritual de sonambulismo. Cuanto más se sintonice con el sabor y la textura de la comida, más consciente estará de la experiencia de comer. Comer cosas aturdido (cuando está pegado a un partido de fútbol o una distracción similar) reduce el efecto de la comida y estimula un mayor consumo.
Conclusión
Las ideas anteriores enumeran algunos de los trucos diseñados para reducir la cantidad de calorías decadentes que intentan excitar los casilleros de comida demasiado ansiosos de nuestro cerebro. Con todos los descubrimientos sensacionales sobre dietas de los que escuchamos regularmente, quizás nuestra mejor solución sea usar el sentido común. Dicho esto, es un hecho fascinante que nuestros cerebros insaciables puedan ser ingeniosos cuando se enfrentan a la paradoja de engañar a los cerebros ordinarios de todas partes para que adopten hábitos alimentarios saludables.
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