Los acosadores tienen más probabilidades de tener un trastorno mental

Si alguna vez se preguntó si había algo malo con los acosadores y aquellos que se involucran en comportamientos de acoso, los investigadores ahora tienen una idea mejor.

Podría ser un componente de un trastorno mental, según un estudio de la Universidad de Brown y presentado hoy en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Pediatría.

Después de analizar las respuestas de una encuesta para padres, los investigadores encontraron que aquellos que eran considerados acosadores tenían más del doble de probabilidades de experimentar depresión, ansiedad y trastorno por déficit de atención (TDA o TDAH).

La intimidación es un problema en muchas escuelas. Pero debemos darnos cuenta de que la intimidación no siempre es simplemente un mal comportamiento. A veces hay otros factores en juego.

Debido a la naturaleza de la encuesta del estudio, los investigadores no pudieron decir si los problemas de salud mental podrían ser un factor causal que contribuya al acoso escolar, o si dichos trastornos son el resultado de alguien que participa en un comportamiento de acoso escolar.

Con demasiada frecuencia, la sociedad se centra en la víctima del acoso. Se puede ofrecer poca ayuda al acosador, quien también puede estar sufriendo preocupaciones que podrían beneficiarse del tratamiento (o al menos, la atención de los padres):

Algunos expertos estuvieron de acuerdo y agregaron que también es importante que los padres, médicos y maestros identifiquen la raíz del enojo de los niños y ayuden a los niños a canalizar su agresión de una mejor manera.

“Los padres de los agresores a quienes se les informa sobre el comportamiento de sus hijos deben tomar en serio las preocupaciones y buscar ayuda y tratamiento para sus hijos, con suerte en las primeras etapas para que puedan enseñarse y reforzarse comportamientos alternativos antes de que algunos de los más negativos se arraiguen, —Dijo Hilfer.

Investigaciones anteriores han encontrado que tanto los agresores como sus víctimas sufren pensamientos suicidas más de 3 veces más a menudo que otros niños.

En un estudio de 2007 también se descubrió que la intimidación y el ser acosado resultan en un mayor riesgo de trastornos mentales en adultos. Los trastornos sufridos tendían a ser un trastorno de ansiedad o un trastorno de personalidad antisocial.

Durante el verano, también notamos una nueva herramienta para ayudar a perfilar los matones escolares. Esta herramienta podría permitir a las escuelas ayudar a identificar mejor a los acosadores potenciales y ayudarlos antes de que se conviertan en acosadores reales.

La intimidación nunca es un comportamiento excusable. Estudios como este ayudan a arrojar luz sobre la complicada dinámica en juego con este comportamiento y ofrecen a los padres y profesionales ideas sobre cómo ayudar a reducirlo.

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