El camino hacia la resiliencia

¿Alguna vez te quedaste atrapado en un funk?

Te sientes miserable. Ha sucedido lo inesperado. Se espera demasiado de ti. No puedes seguir el ritmo.

Entonces, ¿Qué haces?

Te arrastras hasta la cama (ya sea literal o figurativamente) y te dices: "Puedo Nunca Mantenga; Enfermo siempre estar atrapado en esta miseria ". No solo te sientes miserable; sigues obsesionado con el "hecho" de que te sientes miserable.

Si alguna vez te has sentido así, quiero decirte que lo primero que debes hacer para sentirte mejor es deshacerte de las palabras “SIEMPRE” y “NUNCA”. Tírelos a la pila de chatarra. Patéalos a la basura. Bórrelos de su vocabulario.

Luego, sustituya las palabras "ahora mismo". "Ahora mismo, Me siento miserable. Ahora mismo se espera demasiado de mí. Ahora mismo No puedo seguir el ritmo ".

Adelante, di esas frases en voz alta. Observe la diferencia en cómo se siente en comparación con cuando usa las palabras "siempre" y "nunca". No, cambiar tus palabras no resolverá tus problemas, pero te encaminarán firmemente hacia la resiliencia.

Resiliencia: es una palabra familiar. ¿Pero qué es exactamente?

Es tu capacidad para recuperarte de eventos angustiantes e incluso traumáticos. Ser resiliente no significa que no tengas momentos difíciles, dolorosos o estresantes. No significa que no te sientas triste, enojado o asustado. Sin embargo, sí significa que frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, la relación, el lugar de trabajo o el estrés financiero, puede superar sus dificultades y volver a la normalidad, aunque lo normal puede ser algo diferente de lo que era. .

¿Puede hacer algo más para desarrollar la resiliencia además de cambiar su elección de palabras? ¡Ciertamente! Aquí hay algunas pautas para usted:

  1. Busque personas que sean buenas para usted. Rodéate de personas que te apoyen y conozcan las dificultades que estás enfrentando. Comparta sus preocupaciones con quienes lo escucharán con comprensión. Aunque hay un momento para estar solo, asegúrese de no aislarse con sus problemas.
  2. Normaliza tu vida tan pronto como puedas. Volver a sus actividades diarias (aunque no necesariamente a todas) es un indicador de que está recuperando su vida. Controla lo que puedas. Hay rutinas en su vida que puede seguir haciendo, sin importar cómo se sienta.
  3. Haz lo que puedas para sentirte empoderado. A menudo, esto toma la forma de hacer cosas simples, como cuidar su cuerpo, cuidar su hogar, cuidar a las personas y mascotas importantes en su vida. Una vez que realice las tareas simples, se sentirá más capacitado para asumir tareas complejas y recuperar una perspectiva optimista.
  4. Controle su exposición a los medios.Es más difícil volver a la normalidad si lo que ve en la televisión y lo que lee en el periódico arroja gasolina al fuego. Por lo tanto, use los medios de comunicación para entretenerse, no para deprimirse o enojarse.
  5. Busque oportunidades para el autodescubrimiento.Al salir de tiempos difíciles, es posible que reconozca por primera vez lo fuerte que es en realidad. No me sorprendería que desarrolle un mayor sentido de autoestima, una espiritualidad más desarrollada, relaciones más amorosas y un mayor aprecio por la vida.

Tarde o temprano, la vida hará estallar tu burbuja. Con suerte, no será tan malo, pero puede golpearte con golpes inesperados. En estos momentos, es esencial ser resistente, doblarse, pero no romperse. Ser tu mejor amigo. Para renunciar a la culpa. Poner las cosas en perspectiva. Para recordar sus recursos. Para perfeccionar lo que funciona. Y date tiempo para emerger como un ser humano más fuerte, más sabio y más resistente.

© 2018 Linda Sapadin, Ph.D.

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