Cómo ayudar a los niños ansiosos a adaptarse al cambio

A Nico le encantaba tener la misma rutina todos los días de la semana. Cuando cambiaba su rutina, se enfadaba. Sus crisis emocionales y su rigidez lo estaban poniendo a prueba a él y a su familia. Cuando ocurrieron cambios y estaba cansado, hambriento o estresado, su capacidad de afrontamiento estaba ausente. Los padres de Nico comenzaron a notar que su comportamiento también estaba afectando a su hermana menor. También había comenzado a mostrar rigidez y falta de voluntad para probar cosas nuevas.

Todos los padres hacen todo lo posible para ayudar a sus hijos a sentirse felices, aprender sobre la vida y hacer frente al cambio. Sin embargo, hay algunos niños que pueden mostrar menos flexibilidad debido a la ansiedad u otras dificultades mentales y emocionales. Algunos niños no pueden calmarse por sí mismos y necesitan ayuda adicional para hacerlo. Esto puede ser un desafío y angustia para los padres, ya que ven a sus hijos más pequeños imitando el comportamiento de sus hermanos mayores.

¿Qué deben hacer los padres? Enseñar a los niños ansiosos a ser flexibles puede parecer una empresa ambiciosa para un padre abrumado. Los padres pueden aprender a dar pequeños pasos para ayudar a toda la familia a aprender a adaptarse al cambio, una parte inevitable de la vida. Mientras lo hace, tenga en cuenta lo siguiente:

La respuesta de lucha o huida

Esta es la respuesta natural de nuestro cuerpo cuando el peligro está presente o se percibe. La alarma de seguridad de algunos niños (la amígdala en el sistema límbico) es muy sensible cuando luchan contra la ansiedad. Cuando el vuelo Cuando la respuesta se activa, los niños pueden experimentar sensaciones corporales que se sienten incómodas o intolerables, como temblores, temblores, hormigueo, tambaleo, sudoración, inquietud, fatiga, latidos cardíacos fuertes o miedo a perder el control. Estas son sensaciones creadas por su propio sistema protector dentro de su cuerpo. Sin embargo, debido a que no los entienden, no saben cómo manejarlos. Cuando el lucha La respuesta está en marcha, los niños también pueden tener síntomas similares que los confunden. Su respuesta puede ser agresión, que se manifiesta de diferentes formas, como golpes, lanzamientos, gritos, etc. Esas respuestas corporales también pueden resultar angustiantes y los niños no saben cómo regularlas.

A medida que los padres pueden comprender esta respuesta innata, también pueden ayudar a sus hijos a comprenderla. A veces, el comportamiento de los niños puede parecer manipulador. Este comportamiento indica que algo anda mal y también necesitan ayuda adicional.

Ya sea que la rigidez de los niños se deba a una predisposición genética, un trastorno mental o fisiológico o un comportamiento aprendido, necesitan validación. También necesitan conexión y establecimiento de límites. Los niños también pueden aprender a adaptarse a las oportunidades que los padres brindan todos los días.

Nuevas experiencias

Cuando las personas luchan contra la ansiedad, el tratamiento requiere exposiciones. Esto significa que los niños pueden aprender a abordar nuevas situaciones incluso cuando su mente ansiosa les dice que las eviten. Como todos los adultos, los niños tratarán de mantenerse alejados de cualquier cosa que pueda generar estrés, malestar o ansiedad. Es una respuesta natural evitar cualquier cosa que perciban como un desafío.

Los padres son el mejor recurso para ayudar a los niños a adaptarse a situaciones nuevas y difíciles. Pueden buscar oportunidades para exponerlos a nuevas circunstancias o volver a visitar las desagradables.

Con su ejemplo y apoyo, sus hijos pueden aprender a calmarse y ayudar a su cuerpo y mente a adaptarse al cambio. Tenga en cuenta que es un proceso. El éxito consiste en que ellos lo intenten y que usted los anime constantemente. Aquí hay algunas ideas que pueden ser útiles en ese proceso:

  1. Anime a sus hijos a ser curiosos cuando intenten algo nuevo o difícil. Los niños son curiosos por naturaleza. Sin embargo, cuando la ansiedad está presente, es posible que no estén interesados ​​en nuevas aventuras. Es posible que no estén dispuestos a explorar el mundo que a veces puede darles miedo. Valide sus sentimientos y reconozca que los cambios son difíciles. Sugiera que cuando se den la oportunidad de probar algo nuevo, pueden descubrir que no es tan aterrador como parece. Mientras lo intentan, celebre y valídelos.
  2. Alabe su esfuerzo. Incluso si solo intentaron algo durante unos minutos o incluso segundos, reconozca su esfuerzo. Puedes decir, “Ella, noté que trabajaste muy duro para… (lo que sea que estén tratando de hacer). Esto fue difícil y no te rendiste. Puedo ver que estás orgulloso de ti mismo por intentarlo ".
  3. Diario valiente: A medida que los niños descubran que no estaban tan asustados como les dijo su mente (el entrenador mental), invítelos a dibujar o escribir sobre su momento valiente. Pregúnteles cómo se sienten acerca de su aventura. Invítelos a compartir su valiente diario con sus seres queridos para celebrar sus esfuerzos.

Puede ser creativo y divertirse mientras ayuda a su hijo a experimentar el mundo. ¡Anímelos a probar algo nuevo todos los días y vea qué sucede!

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