Cómo superar la pasividad

"El que duda está perdido."

Este viejo refrán se aplica al Cautious Charlie agarrando el volante. Si a ti, como el Cautious Charlie, te embarga la duda, no estás conduciendo tu vida. La pasividad es tu destino.

El mundo, una vez repleto de posibilidades, se cierra. Y tu tambien. Al ignorar los mensajes de texto y las llamadas telefónicas de sus seres queridos, se retira a un aislamiento autoimpuesto. Si bien una vez estuvo decidido, la pasividad le quita su vigor característico.

Cuando la vida se vuelve abrumadora, su inclinación es retirarse. Reaccionas, viendo el mundo borroso a tu lado a una velocidad vertiginosa. El pasado da miedo; el futuro es más aterrador. A medida que los colegas escalan el siguiente hito, su cuestionamiento sobre la toma de decisiones. Combinando amabilidad y pasividad, aceptas a los demás. Dictan su tiempo, sus intereses y, en última instancia, su vida.

Mientras te hundes en un abismo creado por ti mismo, recuerda que la pasividad es más efímera que infinita. Cuando eres fuerte y confiado, te animas. Haces planes concretos y los sigues con acciones decisivas. Estás equilibrado, irradia carisma y una autoconciencia consciente.

La pasividad es un comportamiento aprendido, una respuesta infructuosa y contraproducente a la decisión. La vida exige audacia. Estos son los pasos para ayudar a recuperar su vida:

  • Examine su medicación
    La medicación puede ser una panacea. Pero en mi experiencia, los efectos secundarios de los medicamentos pueden ser un arma de doble filo. Los medicamentos pueden minar la fuerza de voluntad y privarlo de la riqueza de la vida.
  • Sal afuera
    El clima puede ser hirviendo o nevando. No importa. Tu apartamento te aprisiona y tu televisor y tu iPad son esposas. Al salir, el aire fresco y el rumor de las carcajadas animan. Y si no rejuvenece, al menos lo impulsa a salir de su rutina adormecedora.
  • Cambia tu rutina.
    La pasividad es más que una sorda aquiescencia; es una monotonía sin vida. Frecuenta los mismos restaurantes viejos y escucha las mismas conversaciones sencillas entre conocidos casuales. Intentar algo diferente. ¿Quizás este fin de semana presenta un orador intrigante en el campus y un evento para solteros en un restaurante de moda?
  • Haz una lista de tus puntos fuertes
    Eres una persona talentosa llena de atributos positivos. ¿Cómo puedo saber? Bueno, en su angustia de autodesprecio, pregunte a sus seres queridos y amigos cercanos cómo lo perciben. Las respuestas lo sorprenderán y, sospecho, lo envalentonarán.

Para muchos de nosotros, nuestras percepciones a menudo no están arraigadas en la realidad. Despreciamos las fallas personales como fallas irremediables de carácter; lamentamos lo "fácil" que parece el éxito personal o profesional para los contemporáneos; enmarcamos decisiones basadas en sentimientos, no en hechos. Los familiares y amigos adoptan un enfoque más mesurado. Mientras usted se está despreciando afanosamente, sus familiares y amigos observan fortalezas que su ojo crítico y no entrenado pasa por alto o descarta.

En cuanto a esas imperfecciones, no las lamentes pasivamente. Trabaje activamente para corregirlos. Recuerda que la pasividad es un comportamiento aprendido y puedes desaprenderlo. Actuar, no reaccionar. Esforzarse, no conformarse. No te lamentes.

Las direcciones son tan buenas como su conductor. Si está perdido, trace su propio destino. Y mientras te embarcas en el viaje, saluda a nuestro amigo, el Cauteloso Charlie, encorvado sobre el volante mirando un mapa manchado de café.

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