¿Quiere niños felices y saludables? ¡Solo di no!"
Cuando se les pregunta qué quieren para sus hijos, muchos padres responden: "Solo quiero que estén felices y saludables". ¡Un objetivo tan simple, inofensivo y loable!Y, sin embargo, tal orientación frecuentemente da como resultado que los padres les den a sus hijos demasiadas cosas, demasiadas experiencias, a una edad demasiado temprana. El resultado: estos niños se vuelven más arpías que felices. En lugar de sentirse agradecidos por lo que se les ha dado, se sienten resentidos porque no se satisfacen todos sus caprichos.
Por lo tanto, la próxima vez que desee darles a sus hijos lo que quieran, controle su entusiasmo. De lo contrario, podría terminar con niños poco agradecidos e infelices que tienen problemas para hacer frente a los inevitables altibajos de la vida. Estos niños tienen poca tolerancia a la frustración. No pueden tomar decisiones. Tienen un sentido exagerado de derecho. Y se vuelven expertos en regañar, mendigar y agotar a sus padres hasta que obtienen lo que quieren.
Por lo tanto, si este patrón ya se ha arraigado en su hogar y desea frenarlo, esto es lo que debe hacer.
¡Di no!" El hecho de que un padre le diga "no" ayuda al niño a construir su carácter, establecer valores y establecer límites. Recuerde que cuando le dice "no" a su hijo (y lo dice en serio), le está enseñando una lección importante en la realidad.
Pero algunos padres afirman que no saben cómo decirle "no" a su hijo. Si eso lo describe a usted, aquí hay algunas formas de hacerlo:
- Un "no" puede ser amoroso, como en "No, cariño, ya has comido suficiente por ahora".
- Un "no" puede ser contundente, como en "No, no te lo compraré".
- Un "no" puede ir acompañado de una explicación, como en "No, te compré un nuevo videojuego la semana pasada".
- Un "no" puede sugerir una alternativa, como en "No, este par de zapatillas es demasiado caro, pero este otro se ve muy bien y cuesta menos".
- Un "no" puede ser incluso completamente pasado de moda, como en "No, porque soy el padre y lo dije".
Para que este nuevo enfoque funcione, primero debe creer que dar a sus hijos lo que quieran es no la descripción de un buen padre.
En segundo lugar, debe comprender que el hecho de que pueda permitirse comprar un artículo para sus hijos no significa que sea una buena idea que lo haga.
En tercer lugar, si su hijo se vuelve demasiado exigente, evite ceder, recompensando así el mal comportamiento. Que se frustre. Déjela tener una rabieta. Deja que intente hacerte sentir culpable. Que se enoje. Déjalos pensar que eres el peor padre de todos. Sé fuerte. Adhieren a sus armas. No se deje chantajear por ataques de ira o ira implacable.
Cuarto, encuentre otras formas más creativas de conectarse con su hijo. Haga cosas juntos que ambos disfruten. Haga preguntas abiertas o de opción múltiple para descubrir cómo piensa su hijo.
Ejemplos de tales preguntas son: ¿Cuándo cree que un padre debería decir "no"? ¿Alguna vez te dices "no" a ti mismo? ¿Qué te hace feliz, no solo por el momento, sino realmente feliz? ¿Qué tiene de difícil esperar para obtener lo que desea? Si su hijo responde (en lugar de simplemente encogerse de hombros y decir "No sé") respete sus opiniones. No entre en un tira y afloja por la "respuesta correcta".
Es demasiado fácil en nuestra sociedad adinerada complacer en exceso a nuestros hijos. Si crees que esto es una bendición, piénsalo de nuevo.
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