Cuidadores: recuerden cuidarse a sí mismos
Según la Asociación de Alzheimer, más de 5 millones de estadounidenses padecen actualmente demencia, siendo la demencia de Alzheimer la más común. Más de 5 millones de cuidadores no reciben remuneración y dedican innumerables horas a la prestación de cuidados cada año. Todo esto mientras trabaja y cuida de sus propias familias. De hecho, muchos cuidadores se ven obligados a aceptar un segundo trabajo para ayudar a cubrir los gastos de sus seres queridos en los que incurren por su enfermedad de demencia. Como se puede imaginar, con el tiempo, el estrés de la prestación de cuidados comienza a pasar factura, tanto financiera como emocionalmente, y la salud de los cuidadores comienza a deteriorarse.
Aunque el estrés es una parte normal de la vida de todos, experimentar estrés durante un período prolongado puede tener un impacto negativo en su salud. Puede provocar un aumento del estrés o la ansiedad, depresión, obesidad, un sistema inmunológico débil, mala memoria y concentración, y afecciones crónicas como diabetes y cáncer, y enfermedades cardíacas.
Signos y síntomas del estrés del cuidador
- Dormir demasiado o muy poco
- Irritabilidad
- Aislamiento
- Retiro social
- Pobre concentración
- Sentirse abrumado
- Sentirse cansado todo el tiempo
- Aumento o pérdida de peso
- Preocupación excesiva
En mi experiencia trabajando con cuidadores, el concepto de autocuidado les ha parecido extraño. La mayoría de las veces escucho declaraciones como, "Simplemente no tengo tiempo", "Me siento culpable de hacer algo por mí mismo" o "No tengo a nadie que me ayude". Quedarse atrapado en la rutina del día a día es muy común, pero es vital para su bienestar y salud mental estar consciente de los efectos nocivos del estrés del cuidador.
Entonces, ¿cómo podemos asegurarnos de que esto suceda?
¡Controle el estrés!
- Involucrarse - Póngase en contacto con el capítulo de la Asociación de Alzheimer. Conozca los servicios de relevo que brindan, los centros de cuidado diurno para adultos en su área. Conseguir algo de espacio es importante para recargar las pilas y sentir que tiene un mejor manejo de las cosas.
- Únase a un grupo de apoyo - No estas solo. Busque un grupo de apoyo para cuidadores en su área. Descubrirá que hablar con otros cuidadores puede ayudarlo a normalizar y validar su experiencia como cuidador. Al compartir historias con otros, también puede aprender consejos sobre cómo lidiar con los comportamientos de su ser querido.
- Solicite ayuda - Hacer todo por su cuenta es agotador y, en última instancia, conducirá al agotamiento del cuidador. Pídale a un familiar, amigo o vecino que lo ayude a quedarse con su ser querido una vez a la semana para que tenga tiempo para usted o simplemente haga algunos recados muy necesarios.
- Ejercicio - Ayuda a reducir el estrés y los niveles de ansiedad y no tiene por qué consumir mucho tiempo. Tómate 10 minutos de tu día si no tienes tiempo para más. ¡Dé un paseo, haga yoga, baile o incluso trabaje en el jardín! Descubrirá que se sentirá mejor con solo dedicar unos minutos de su día a la actividad física y hacer algo que disfrute.
- Hágase chequeos regulares - Hacerlo no solo es aconsejable, sino necesario. En pocas palabras, ¿qué haría usted si su salud empeorara al punto de que ya no pudiera cuidar de su ser querido?
- Come apropiadamente - Todos sabemos que el estrés puede provocar una alimentación poco saludable, aumento de peso y mala salud.Asegúrese de llevar una dieta bien balanceada, ya que esto lo mantendrá fuerte y le dará energía.
- Dormir - Dormir mal puede provocar irritabilidad. Asegurarse de tener una rutina de sueño puede ayudarlo a descansar lo que necesita.
- Socializar – Se recomienda encarecidamente mantenerse en contacto con amigos y familiares y puede ayudarlo a mantenerse cuerdo. Nuevamente, incluso si solo puede dedicar 30 minutos al día, simplemente hágalo. Descubrirá que, a la larga, le hará un cuidador mejor y más feliz.
Aparte de lo mencionado anteriormente, tener el hábito de usar técnicas de relajación de manera regular puede ayudar a reducir sus niveles generales de estrés, fortalecer su sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. A continuación se presentan cuatro técnicas sencillas que puede practicar de forma regular y que no requieren que salga de su casa.
Técnicas de relajación
- Ejercicios de respiración - Respire profundamente con el vientre. Concéntrate en tu respiración. Sostenga y cuente hasta cuatro. Libérese mientras visualiza cómo el estrés abandona su cuerpo. Repita durante al menos 5 minutos.
- Visualización – Cierra los ojos e imagina mentalmente un paisaje o lugar pacífico y tranquilo. Imagínese cómo olería, cómo sonaría. Deleite sus sentidos.
- Meditación – Puede comenzar practicando durante 10 minutos al día. Encuentre un lugar tranquilo en su hogar. Cierre los ojos o concéntrese en un objeto. Tenga en cuenta que los pensamientos no son ciertos. Reconozca sus pensamientos, pero simplemente déjelos fluir sin juzgarlos. Este proceso le permite dejar de lado todos los pensamientos estresantes.
- Relajación muscular progresiva - Apriete y relaje cada grupo de músculos, comenzando por un extremo de su cuerpo y avanzando hasta el otro extremo.
Buscar la ayuda de un terapeuta también puede ser extremadamente beneficioso.