Las parejas matrimoniales suelen compartir creencias religiosas

Una nueva investigación sugiere que tendemos a casarnos con personas con creencias religiosas o no religiosas similares porque percibimos que tendrán rasgos de personalidad similares.

Los investigadores de la Universidad de Otago de Nueva Zelanda creen que este fenómeno, conocido como "homogamia religiosa", es en parte el resultado de inferencias sobre la personalidad de las personas religiosas.

Los investigadores midieron cómo las personas religiosas y no religiosas perciben la "apertura" de posibles socios religiosos y no religiosos. La apertura se define como una dimensión primaria de la personalidad asociada con la curiosidad intelectual.

Descubrieron que los participantes no religiosos en particular asociaban el comportamiento religioso con menos apertura, y que esta inferencia los llevó a devaluar a los individuos religiosos como parejas románticas.

En un experimento, los participantes religiosos y no religiosos decidieron si saldrían o no con cuarenta posibles parejas románticas que variaban en la frecuencia con la que asistían a los servicios religiosos.

El equipo de investigación descubrió que los participantes no religiosos encontraron socios potenciales menos deseables y también menos abiertos a nuevas experiencias, a medida que aumentaba su comportamiento religioso.

Los investigadores también realizaron un segundo estudio en el que los participantes juzgaron a los posibles socios que asistían a los servicios religiosos con frecuencia o con poca frecuencia, algunos de los cuales también revelaron que estaban abiertos a nuevas experiencias (con declaraciones como "No pretendo que mi perspectiva ética sea la única ”).

Los participantes no religiosos nuevamente prefirieron parejas no religiosas, y también aquellos que estaban abiertos a nuevas experiencias, mientras que los participantes religiosos mostraron preferencias opuestas.

Los investigadores también descubrieron que el sesgo de la misma religiosidad se reducía cuando un compañero revelaba que estaba abierto a la experiencia.

Como resultado de los experimentos, quedó claro para los investigadores que los participantes religiosos y no religiosos evalúan los mismos comportamientos abiertos de manera diferente.

Es decir, hubo acuerdo en que los individuos no religiosos tienen una mente relativamente abierta, pero no en si tener una mente abierta es algo bueno.

Jamin Halberstadt, Ph.D., uno de los autores del estudio, dijo que los experimentos brindan información sobre un posible mecanismo de personalidad detrás del sesgo religioso en las citas en grupo.

“Ilustran, por primera vez, que la decisión de las personas de asociarse con personas religiosas o no religiosas puede estar determinada por rasgos de personalidad que se cree, correcta o incorrectamente, que la religiosidad predice, en lugar de la religión en sí misma”.

Fuente: Universidad de Otago

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