Cómo enviar a los niños a la universidad sin enojarse

Muchos padres se sorprenden de lo desgarrador que es enviar a sus hijos a la universidad por primera vez. Es natural que los padres sientan una sensación de pérdida. Por lo general, toma algún tiempo aceptar que su hijo ya no es un miembro permanente de su hogar. Muchos de ellos no esperan los desafíos del síndrome del nido vacío. Darse cuenta de que dejar ir es la siguiente etapa de la paternidad puede hacerlo más fácil.

Aquí hay algunos consejos para ayudar a los padres a lidiar con las emociones evocadas al enviar a sus hijos a la universidad.

Edúcate tu mismo.

Cada momento de transición genera tanto entusiasmo como miedo. Es un cambio completo de entorno y una transformación en la relación de los padres con su hijo. Es por eso que a menudo trae una ola de nostalgia o sensación de pérdida. Los psicólogos alientan a los padres a informarse de antemano sobre los tipos de angustia emocional que podrían sentir una vez que su hijo se vaya de casa para ir a la universidad.

Los padres pueden estar mejor preparados leyendo las experiencias de otros padres. Algunos padres solo extrañan a sus hijos; otros experimentan una profunda sensación de pérdida y sienten que sus vidas ya no tienen un propósito.

Decir adiós de la manera correcta.

Los padres que están a punto de enviar a sus hijos a la universidad por primera vez deben prepararse para la ocasión de manera práctica. Deben resolver problemas simples, decidir qué modo de transporte elegir y planificar cuánto tiempo permanecerán a su llegada.

Las despedidas prolongadas son una mala idea. El adiós final será la parte más difícil de todo el proceso. Los padres deben asegurarse de que los últimos momentos con su hijo sean positivos y no abrumadores emocionalmente. Es mejor guardar las lágrimas para el viaje a casa. El momento puede ser igualmente difícil para su hijo. Agregar más estrés a la mezcla es una mala idea.

Comunicación con un estudiante universitario.

Decida el método y la frecuencia del contacto una vez que su hijo esté en la escuela. Algunos padres tienden a flotar y abusar de los medios de contacto, en lugar de darle a su hijo espacio para convertirse en un adulto y renegociar la relación padre-hijo. Los padres deben tratar de ocultar su preocupación cuando hablan con sus hijos y permitirles que manejen sus sentimientos por sí mismos. Es una parte natural del crecimiento.

El niño debe tener control sobre el momento de las interacciones. Esto ayudará a mantener una sensación de libertad. Esto es clave cuando el niño está explorando nuevas oportunidades y tomando decisiones en la vida. Los padres deben ser conscientes de que el niño pasará por cambios y aceptar este hecho, en lugar de criticarlos.

Adaptación gradual a la vida en casa.

Una vez que los padres lidian con el bagaje emocional de decir el adiós final, regresarán a un hogar diferente. Notarán la silla vacía junto a la mesa de la cena, verán el dormitorio perfectamente ordenado y desolado o nunca escucharán los ruidos constantes de las conversaciones telefónicas. Esta es una transición por la que pasarán todos los padres y es manejable.

Si quedan otros niños en el hogar, los padres tendrán una excelente oportunidad para concentrarse en ellos, especialmente porque el último año de la escuela secundaria es un momento en el que tienden a concentrarse en su hijo mayor. Este es el momento de reavivar esta relación y realizar actividades con los hermanos menores, incluidas aquellas que el niño que va a la universidad no disfrutaría.

Los padres también se darán cuenta de que simplemente tienen más tiempo para sí mismos. Este tiempo se puede utilizar para cultivar un nuevo pasatiempo, desarrollar una relación más profunda en su matrimonio o participar en trabajo voluntario.

Recordando que el síndrome del nido vacío está muy extendido.

Muchos padres están convencidos de que el llamado "síndrome del nido vacío" es un problema relativamente raro que experimentan las madres que se quedan en casa y que no tienen una carrera que las mantenga ocupadas. La verdad es que incluso los padres que llevan una vida profesional dinámica se verán afectados por no tener más a su hijo en casa.

Los padres que se enfrentan a enviar a sus hijos a la universidad deben informarse en particular sobre el síndrome del nido vacío. El síndrome no es un diagnóstico clínico, pero describe una ola de tristeza, pérdida y una angustia emocional considerable que los padres sienten una vez que su hijo sale de casa, incluso si siempre los han alentado a ser independientes.

Uno de los síntomas también es una intensa preocupación por la seguridad del niño y la constante duda de si puede cuidar de sí mismo por sí mismo. El síndrome del nido vacío es particularmente relevante para los padres que tienen un solo hijo o que se identifican fuertemente con su papel como padres.

¿Cómo pueden manejarlo los padres que experimentan el síndrome del nido vacío? En primer lugar, deben adoptar una actitud positiva y concentrarse en ayudar a su hijo a tener éxito después de salir de casa. Los padres también deben mantener un contacto regular con su hijo y si el dolor se vuelve insoportable, busque ayuda con un psicólogo o proveedor de atención médica. En última instancia, los padres que atraviesan problemas emocionales deben recordar que es una cuestión de tiempo y adaptación a un nuevo entorno con su hijo ausente de su hogar.

Enviar a un niño a la universidad es una transición natural en la vida. En lugar de convertir el primer paso hacia la edad adulta en un evento emocionalmente angustiante, los padres deben aceptar que este es el siguiente paso y, a partir de ahora, su relación con su hijo será diferente. Los padres deben enfocarse en apoyar a su hijo y ayudarlo a convertirse en un adulto del que se sienta orgulloso.

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