Comprender el vínculo entre la ansiedad y la conducta problemática en los niños pequeños y cómo puede ayudar

Ahora sabemos que el comportamiento de los niños siempre está impulsado por las emociones, pero ¿qué pasa si lo que impulsa esas emociones es invisible? Hay muchas razones por las que los niños a veces se comportan de maneras que nos dejan en la desesperación y una de estas razones es la ansiedad.

Una cosa que sabemos es que muchos niños sufrirán ansiedad en algún momento de sus vidas. Aunque muchas de estas fases de ansiedad pueden ser difíciles de afrontar, son fases normales que marcan el desarrollo de los niños. Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos, pocos niños menores de 13 años sufren trastornos de ansiedad. En otras palabras, la ansiedad normal es parte de la niñez.

No es raro que los niños representen comportamientos relacionados con la ansiedad cuando tienen que dejar a sus padres, conocer gente nueva o participar en actividades específicas como nadar o incluso ir a la escuela. Pocos padres han escapado del estrés asociado con la ansiedad por separación. El miedo es uno de los sentimientos más comunes que experimentan los niños y esto a menudo conduce a comportamientos relacionados con la ansiedad. Un niño ansioso puede preocuparse, puede tener miedo de equivocarse o puede actuar de manera pegajosa, especialmente en situaciones difíciles, como asistir a la escuela por primera vez.

Sin embargo, hay ocasiones en que la ansiedad en los niños conduce a un comportamiento problemático. El mayor problema al lidiar con emociones difíciles como la ansiedad es que, al igual que para los adultos, navegar por las emociones difíciles no siempre es fácil. Es posible que su hijo no sepa qué emoción está sintiendo y lo que eso significa, y esto puede llevarlo a actuar de manera inapropiada en un intento de lidiar con sus emociones difíciles.

Peter siempre había sido un niño relativamente tranquilo, pero solía hacer rabietas que parecían surgir de la nada. Por ejemplo, estaría haciendo un rompecabezas y, de repente, estaría en medio de una rabieta sin razón aparente. El mismo patrón continuó cuando se unió a la escuela. En medio de una actividad, Peter de repente comenzaba a hablar o cantar en voz alta y no dejaba en paz a sus compañeros de clase. Tiraba cosas por el aula, hacía payasadas y hacía casi cualquier cosa para interrumpir la clase.

Unas pocas sesiones con un terapeuta revelaron que el comportamiento de Peter estaba impulsado por la ansiedad. La incapacidad de Peter para completar una actividad dio lugar a sentimientos de vergüenza y miedo y su comportamiento fue un intento de camuflar estos sentimientos. Cada vez que le pedían que hiciera una actividad que sentía que no podía hacer, Peter se ponía ansioso.

Varios investigadores ahora dicen que existe un fuerte vínculo entre la ansiedad y la conducta problemática. Por ejemplo, un estudio ha encontrado que trabajar para disminuir la ansiedad reduce en gran medida los problemas de conducta en los niños. En otras palabras, sentimientos como la vergüenza o el miedo a la vergüenza pueden explicar el comportamiento perturbador de su hijo.

La mayoría de los estudios que se centran en la conducta problemática en los niños han descubierto que promover entornos de baja ansiedad es un primer paso importante cuando se trata de una conducta problemática. A continuación, se incluyen algunos consejos que debe tener en cuenta al lidiar con la ansiedad de su hijo:

1. Recuerde que navegar por las grandes emociones es difícil, incluso para los adultos.

Las emociones son un gran problema y, a veces, pueden llevarnos a comportarnos de maneras que sorprenden incluso a los más cercanos a nosotros. Las personas a las que siempre se les ha enseñado que las emociones deben estar ocultas luchan con las emociones difíciles durante toda su vida. Lo que rara vez se prevé es cómo ocultar las emociones de uno lo altera de manera inexplicable.

Ayudar a su hijo a navegar por las grandes emociones es un paso importante para ayudarlo a aprender a lidiar con las emociones difíciles. Esto puede significar tener que aprender a lidiar con sus propias emociones primero. Proporcionar un entorno en el que las emociones se consideren normales y mantener conversaciones sobre esas emociones es una fase importante para ayudar a fomentar entornos de baja ansiedad. Numerosos recursos apropiados para la edad permiten ahora ayudar a los niños a aprender a identificar sus emociones, comprender qué desencadena esas emociones y encontrar estrategias adecuadas para expresar esas emociones.

2. Cree entornos emocionalmente seguros.

La seguridad emocional se refiere a entornos en los que las personas pueden identificar sus sentimientos y sentirse lo suficientemente seguros como para experimentar esos sentimientos. Aunque el concepto de "seguridad emocional" se usa más comúnmente en la terapia de pareja, también funciona en las relaciones entre padres e hijos porque promueve el desarrollo de entornos en los que ambas partes se sienten lo suficientemente cómodas para expresarse.

3. Hable de sus experiencias personales.

Un niño que sufre de ansiedad a menudo cree que solo ella experimenta esta emoción. Hablar de sus experiencias personales con la ansiedad puede ayudarla a ver que la ansiedad afecta a todos. Más allá de hablar sobre la ansiedad, hable sobre lo que hace para manejar situaciones de ansiedad. Ayudar a su hijo a darse cuenta de que la ansiedad afecta a todo el mundo y que se puede controlar puede darle las herramientas que necesita para lidiar con su propia ansiedad.

4. Sepa cuándo preocuparse por la ansiedad de su hijo.

La ansiedad normal rara vez es excesiva. Si siente que el comportamiento relacionado con la ansiedad de su hijo es excesivo, perturbador, desproporcionado a situaciones reales y afecta negativamente su vida social o su rendimiento académico, buscar ayuda profesional puede permitirle a su hijo identificar una estrategia adecuada para ayudar a reducir la ansiedad.

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