3 pensamientos negativos que le impiden el éxito de la negociación

Si ha iniciado con éxito su propio negocio, ha decidido trabajar por cuenta propia o en una empresa nueva, está acostumbrado a arremangarse, trabajar duro y hacer lo que sea necesario para hacer las cosas.

Pero cuando se trata de negociar, ¿todavía se congela o se asusta?

Si le resulta difícil acercarse a los inversores, aumentar sus tasas o hablar de dinero y contratos de alguna manera, no está solo. Las trampas de pensamiento que tienen las mujeres acerca de su insuficiencia percibida en lo que respecta a la negociación son omnipresentes: en las encuestas, dos veces y media más mujeres que hombres dijeron que sienten “mucha aprensión” por negociar.

Entonces, ¿cómo te sientes cómodo pidiendo lo que quieres y mereces?

Comienza cambiando algunas creencias fundamentales que tiene sobre usted mismo y su capacidad para negociar. Solo a partir de ahí puede deshacerse de lo que le ha impedido obtener las tarifas, los contratos y las ofertas que desea y necesita de su negocio.

¿Cuál de estas creencias autolimitantes comunes le impide negociar y limita sus posibilidades de éxito escandaloso?

"No soy del tipo negociador"

Las mujeres a menudo atribuyen su éxito a la suerte o la ayuda de otros, más que a su propio trabajo duro y sus fortalezas. Pero si quiere tener éxito, debe dejar de lado el pensamiento falso de que negociar es una habilidad con la que nace o no. La negociación es una habilidad que debe aprender y puede aprender.

Al igual que un músculo, tienes que practicar tu "pregunta" para aumentar tu fuerza. ¡Depende de usted impulsar la negociación!

"Odio hablar de dinero y números"

Muchas mujeres se sienten incómodas con la confrontación. Nos enfermamos con la preocupación de que las personas piensen que somos importantes o agresivos si hacemos o contrarrestamos una oferta. Nos asusta lo que otros pensarán de nosotros. Pero puedes convertir esos pensamientos ansiosos en un activo preguntándote: ¿Qué hay realmente detrás de la incomodidad que tengo al pedir cosas a otras personas?

"No obtendré lo que quiero, así que ¿por qué molestarme?"

Las mujeres tienden a operar desde una mentalidad de “jugar en pequeño”, a menudo pensando en nuestros negocios como actividades secundarias, mientras que los hombres piensan en las empresas en términos de empresas. Viniendo de este lugar, las mujeres acceden al poder, esperando “lo justo” y cruzando los dedos para que la otra persona nos haga un favor simplemente aceptando trabajar con nosotras. Esta mentalidad de escasez es perjudicial y poco realista.

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