Costos elevados asociados con el hecho de mantener un duelo por el bien de la pareja

Los padres que pierden a un hijo a menudo reprimen su dolor o lo esconden en un intento de mantenerse fuertes para su pareja, pero ambas estrategias pueden ser contraproducentes, según una nueva investigación.

Para el estudio, los investigadores entrevistaron a 219 parejas que habían perdido a un hijo. Los padres tenían entre 26 y 68 años y las causas de la muerte de sus hijos iban desde la muerte fetal hasta la enfermedad, accidente, SMSL, suicidio u homicidio.

Se les pidió que calificaran en qué medida estaban de acuerdo con declaraciones como "Me mantengo fuerte por mi pareja", "Oculto mis sentimientos por el bien de mi pareja" o "Trato de evitar los sentimientos de mi pareja". Los investigadores recopilaron los datos en tres momentos diferentes: seis, 13 y 20 meses después de la pérdida.

Estas preguntas examinaron un fenómeno al que los investigadores se refirieron como autorregulación orientada a la pareja (POSR, por sus siglas en inglés), que captura la forma en que las parejas evitaban hablar de su pérdida o intentaban mantenerse fuertes por el bien de su pareja.

Muchos esposos y esposas creen que estas dos estrategias ayudan a aliviar el dolor, pero los investigadores dijeron que estas estrategias en realidad exacerban los problemas del duelo.

Descubrieron que POSR no solo se asociaba con un aumento en el propio dolor de la persona, sino también con un aumento en el dolor de la pareja.

Existe una paradoja, según la científica psicológica Dra. Margaret Stroebe, quien realizó la investigación con sus colegas de la Universidad de Utrecht y la Universidad VU de Ámsterdam en los Países Bajos.

“Si bien los padres buscan proteger a sus parejas a través de POSR, este esfuerzo tiene el efecto contrario y se asocia con un peor ajuste con el tiempo”, dijo. "Sorprendentemente, nuestros resultados sugieren que POSR tiene costos, no beneficios, y no solo para el socio sino también para uno mismo".

Estos resultados pueden explicarse por el papel de la autorregulación en el proceso de duelo, anotó. Nuestra capacidad para autorregularnos es esencial para lidiar con el mundo, pero hacer esfuerzos excesivos para contener nuestras emociones y regular nuestros sentimientos, pensamientos y comportamientos exige costos interpersonales e individuales, explicó.

Al igual que un músculo que se agota después de un esfuerzo, demasiada autorregulación agota nuestra capacidad para autorregularnos en varias áreas de nuestra vida, incluida la salud física y el logro de objetivos.

En última instancia, estos intentos de autorregulación pueden evitar que las parejas se enfrenten a la pérdida de su hijo, según los investigadores.

Reprimir las emociones también puede tener efectos adversos sobre el duelo entre las parejas. Una pareja puede pensar que los sentimientos dolorosos no son aceptados, por ejemplo, o una pareja puede malinterpretar la ausencia de un dolor aparente como una falta de dolor real.

“Una implicación importante de esta investigación es que, en los casos en los que se indica ayuda profesional, los médicos pueden, cuando sea apropiado, guiar a los pacientes en duelo para que se alejen de POSR y compartan su dolor, aliviando así su sufrimiento”, dijo Stroebe.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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