Las víctimas de armas químicas pueden sufrir problemas de salud física y mental de por vida

En un nuevo estudio de las víctimas de la guerra química de Saddam Hussein, las personas expuestas a dichos agentes luchan con problemas de salud física y mental de por vida, como depresión, ansiedad, pensamientos suicidas y daños en los pulmones, la piel y los ojos.

El estudio se publica en la revista Más uno.

Actualmente, decenas de miles de personas, principalmente en Oriente Medio, sufren daños duraderos tras la exposición a armas químicas.

A finales de la década de 1980, la mostaza azufrada (SM o gas mostaza) se utilizó a gran escala en Irak. Los ataques con gas más notorios y severos los llevó a cabo el gobierno iraquí de Hussein contra la ciudad kurda de Halabja, Irak, en 1988. Aproximadamente 5.000 personas murieron y decenas de miles resultaron heridas.

Para el estudio, investigadores de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittendberg, Alemania, realizaron entrevistas en profundidad con 16 sobrevivientes de los ataques con gas de Halabja. Todos los participantes (de 34 a 67 años) habían sido diagnosticados con complicaciones pulmonares crónicas.

Los hallazgos muestran que las víctimas padecen graves problemas de salud, tanto físicos como mentales. Esto incluye problemas respiratorios, insomnio, fatiga y problemas oculares, así como síntomas depresivos, ansiedad, pensamientos suicidas y trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Los investigadores también se refieren a la "ansiedad por contaminación química", una poderosa reacción a la exposición entre estos participantes. Ha limitado su vida familiar, sus relaciones sociales y su capacidad laboral. El desempleo y la pérdida de capital social, a su vez, han llevado al aislamiento social.

“Los hallazgos muestran que la exposición a agentes de guerra química, especialmente mostaza de azufre, resulta en mala salud física y mental de por vida”, dijo el primer autor Faraidoun Moradi, estudiante de doctorado en medicina ocupacional y ambiental en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo.

“Nuestra conclusión es que la atención integral a las víctimas y, sobre todo, la detección de su mala salud somática y mental, puede minimizar el deterioro de su salud”, dijo Moradi, farmacéutico titulado y médico residente especialista en medicina general.

Moradi también enfatiza el hecho de que cientos de víctimas kurdas y sirias de gaseamiento con mostaza de azufre han migrado a Suecia y pueden necesitar atención y monitoreo en los servicios de atención primaria suecos.

“Faltan estudios de pacientes expuestos a SM en Suecia, y sus síntomas, experiencia y necesidades de atención. Necesitamos más conocimiento en esta área para poder mejorar su recepción y tratamiento clínico por parte de los servicios de atención, y estar preparados para enfrentar incidentes en el futuro ”, dijo Moradi.

Fuente: Universidad de Gotemburgo

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