No permita que su mente creativa alimente su ansiedad social

Muchos de los que sufren de ansiedad social son individuos introspectivos y muy sensibles que simplemente caen en la trampa mental de la autoconciencia extrema en situaciones sociales desconocidas. La autoconciencia es esencialmente un derivado de la introspección impulsada por el miedo, la capacidad de examinarse a sí mismo.

La investigación también ha demostrado que las personas que obtienen una puntuación alta en los rasgos de neuroticismo, como ansiedad, miedo y preocupación, tienden a tener una imaginación extremadamente activa. En otras palabras, los preocupados y los que piensan demasiado en el mundo simplemente están usando sus mentes creativas para imaginar los peores escenarios en lugar de los mejores.

Desafortunadamente, este suele ser el caso cuando los tipos introspectivos entramos en nuevas situaciones sociales: dejamos que el miedo conduzca. Nos monitoreamos de cerca con un par adicional de ojos críticos, tratando de captar cualquier cosa vergonzosa o incómoda antes que cualquier otra persona: la forma en que estamos hablando, la forma en que nos reímos o cómo simplemente movimos nuestro brazo izquierdo de esa forma incómoda. Luego viene la parte imaginativa: esa persona piensa que soy ridículo, raro, tonto, etc.

No es de extrañar que estemos ansiosos. Incluso nuestro propio yo nos está juzgando.

Entonces, ¿cómo pueden los seres altamente sensibles hacer nuevos amigos sin sufrir un ataque de pánico? Primero, tome todos esos poderes creativos de la conciencia y conviértalos en exterior. En lugar de utilizar su don de pensamiento imaginativo para juzgarse a sí mismo, concéntrese en hacer que la otra persona se sienta cómoda. Quién sabe, pueden estar lidiando con la misma ansiedad que tú. Y se ha demostrado una y otra vez que cuando nos enfocamos en ayudar a otra persona, nuestras propias ansiedades disminuyen significativamente.

Por ejemplo, en un nuevo estudio publicado en la revista Motivación y Emoción, los investigadores querían averiguar si hacer buenas obras por los demás podría ayudar a reducir la ansiedad social y la evitación social. De hecho, encontraron que cuando los estudiantes universitarios con ansiedad social se acercaban para ayudar a otros, experimentaban una mayor reducción en los comportamientos de evitación social. Por lo tanto, los investigadores concluyen que centrarse en actos de bondad puede ayudar a contrarrestar la ansiedad social y los sentimientos de posible rechazo.

Así que la próxima vez que conozcas a alguien nuevo, no te preocupes por cómo suena tu voz o cómo se mueve tu brazo. Otras personas no van a recordar esas cosas porque esos pensamientos solo están sucediendo en tu cabeza, no en la de ellos. En cambio, otras personas recordarán cómo los hizo sentir. Cuando se le dé toda su atención, amabilidad y sonrisa a otra persona, esta se sentirá bien y, a su vez, se sentirá bien contigo.

El autor Ray Bradbury lo dijo mejor: "La autoconciencia es el enemigo de todo el arte, ya sea actuar, escribir, pintar o vivir en sí mismo, que es el arte más grande de todos".

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