Depresión, ataques cardíacos y CBT

Los médicos saben desde hace mucho tiempo que la depresión es un efecto secundario común de un ataque cardíaco (o un "infarto agudo de miocardio" si quiere ponerse técnico).

¿Y por qué no sería así? Una persona que acaba de sufrir un infarto acaba de tener su vida como un relámpago ante sus ojos. Literalmente, dado que las cifras de morbilidad por un ataque cardíaco son alrededor del 15% sin tratamiento inmediato (como estatinas). Eso significa que aproximadamente 1 de cada 7 personas podrían morir de un ataque cardíaco. Es un número que realmente puede poner algo de perspectiva en su vida.

La investigación ha fijado esta tasa de depresión mayor y menor después de un ataque cardíaco en alrededor de 1 de cada 3 (ver, por ejemplo, Lloyd y Cawley, 1978). Eso significa que la depresión es un gran problema después de un ataque cardíaco y un buen médico tratante reconocerá este riesgo y se asegurará de que, si ocurre, se trate.

El estudio Enhancing Recovery in Coronary Heart Disease (ENRICHD) de 2001 buscó comprender mejor qué tipos de intervenciones de tratamiento pueden ayudar a una persona a combatir la depresión de un ataque cardíaco.

Un seguimiento del estudio original, que se publicará en una próxima edición de 2008 de Psicoterapia y psicosomática, extrajo algunos de los datos recopilados en el estudio original para ver si ciertos componentes de la terapia cognitivo-conductual (TCC) eran más efectivos que otros componentes para ayudar a mejorar la depresión de una persona y aumentar su apoyo social.

Lo que encontraron fue

Los componentes estándar de la TCC para la depresión son útiles en el tratamiento de la depresión comórbida en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. Trabajar en las habilidades de comunicación puede ayudar a mejorar la depresión, pero no necesariamente los resultados del apoyo social en esta población de pacientes, mientras que la adherencia a las asignaciones de tareas cognitivo-conductuales es importante para ambos resultados. […]

Un mayor énfasis en la adherencia a la TCC podría mejorar tanto la depresión como los resultados de apoyo social.

El hallazgo clave fue la importancia de que las personas hicieran su “tarea” de la TCC: tareas específicas para llevar a casa y ejercicios de desarrollo de habilidades que los terapeutas asignan a sus clientes para aprovechar lo que se discutió en la sesión de terapia. Si bien puede parecer obvio ("Haga su tarea y aprenderá algo nuevo para ayudar a combatir la depresión, lo que lo ayudará a sentirse mejor"), muchas veces la tarea de la TCC no se enfatiza mucho en algunas sesiones de psicoterapia.

Tal tarea, como muestra una investigación como esta, realmente puede marcar una diferencia en la efectividad del resultado de un tratamiento.

Y cuando se habla de vida o muerte, esa diferencia puede ser muy, muy importante.

Referencia: Cowan MJ, Freedland KE, Burg MM, Saab PG, Youngblood ME, Cornell CE, Powell LH, Czajkowski SM. (2008). Predictores de la respuesta al tratamiento para la depresión y el apoyo social inadecuado: ensayo clínico aleatorizado ENRICHD.
Psych other Psychosom, 77 (1): 27-37.

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