Exploración del síndrome de agotamiento
Un nuevo trabajo de investigación de Suecia analiza la condición denominada síndrome de agotamiento, también llamado agotamiento y depresión por agotamiento.
Los investigadores creen que la condición deja cambios objetivamente mensurables en el cerebro, incluida la actividad reducida en los lóbulos frontales y la regulación alterada de la hormona del estrés cortisol.
Un equipo de investigación de la Universidad de Umeå quería estudiar si este grupo de pacientes tenía algún factor de susceptibilidad que pudiera explicar el desarrollo de su trastorno.
El grupo de pacientes se distingue por ser ansioso y pesimista, con un sentido débil de sí mismo, común en muchos trastornos psiquiátricos. Lo especial de este grupo fue que se destacaron como individuos persistentes, ambiciosos y pedantes.
Ser ambicioso, exigente y exagerado también parece hacer que una persona sea más propensa al síndrome de agotamiento.
La regulación de la hormona del estrés cortisol también se ve afectada en el grupo, con sensibilidad alterada en el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (eje HPA).
Según la disertación de Agneta Sandström, las personas con síndrome de agotamiento muestran una actividad cerebral reducida en partes de los lóbulos frontales. Su artículo aborda si es posible utilizar pruebas neuropsicológicas para confirmar y describir los problemas cognitivos reportados por pacientes que padecen síndrome de agotamiento.
Sobre todo, los pacientes con síndrome de agotamiento presentan problemas de atención y memoria de trabajo. Se pidió a los pacientes que realizaran pruebas de memoria de trabajo mientras estaban acostados en una máquina de imágenes por resonancia magnética funcional.
Los pacientes con síndrome de agotamiento demostraron tener un patrón de actividad diferente en el cerebro cuando realizaron una prueba de lenguaje de su memoria de trabajo, y también activaron partes del lóbulo frontal menos que los sujetos sanos y un grupo de pacientes que habían desarrollado recientemente depresión.
El eje HPA en el grupo de pacientes muestra una sensibilidad reducida en la hipófisis, con menor secreción de hormona adrenocorticotrópica (ACTH) después de la estimulación con corticotropina (CRH), así como una mayor sensibilidad en la corteza suprarrenal, con mayor liberación de cortisol en relación con la cantidad de ACTH secretada.
También hay una diferencia en el ritmo diurno del corisol, presentando los pacientes una curva de secreción más plana que los otros dos grupos. Los investigadores no pudieron detectar ninguna reducción en el volumen del hipocampo, en el grupo de pacientes.
La proporción de individuos con niveles medibles de la citoquina proinflamatoria interleucina 1 es mayor en el grupo de pacientes.
En resumen, los estudios indican que existe una asociación entre personalidad, salud general, capacidad cognitiva y disfunción neuroendocrinal en el síndrome de agotamiento.
Sandström también ha encontrado apoyo para que existan similitudes con la depresión clínica, pero con diferencias bien definidas.
Fuente: Universidad de Umea