Se pueden encontrar pistas sobre el autismo en el intestino

Un nuevo estudio muestra un vínculo entre la falta de bacterias beneficiosas en el tracto gastrointestinal y el autismo en los niños.

"Una de las razones por las que comenzamos a abordar este tema es el hecho de que los niños autistas tienen muchos problemas gastrointestinales que pueden durar hasta la edad adulta", dijo Rosa Krajmalnik-Brown, Ph.D., quien dirigió el equipo de investigación de Biodesign de la Universidad Estatal de Arizona. Instituto.

"Los estudios han demostrado que cuando manejamos estos problemas, su comportamiento mejora drásticamente".

Siguiendo estas sugerencias, el equipo de investigación planteó la hipótesis de que la microflora intestinal que se encuentra en los niños autistas sería diferente en comparación con la de los niños sanos.

El nuevo estudio confirmó estas sospechas y encontró que los niños con autismo tenían significativamente menos tipos de bacterias intestinales. También tenían cantidades significativamente más bajas de tres bacterias críticas: prevotella, coprococcus y veillonellaceae, según los investigadores.

Para el estudio, los investigadores analizaron la microflora intestinal en muestras fecales de 20 niños sanos y 20 autistas entre las edades de 3 y 16 años. Las muestras se analizaron mediante una técnica conocida como pirosecuenciación, que también permite combinar muchas muestras de ADN. tantas secuencias de cada muestra a analizar.

Los investigadores encontraron una correlación entre una menor diversidad de microbios intestinales y la presencia de síntomas autistas.

Según los investigadores, "la riqueza y diversidad bacterianas son esenciales para mantener una comunidad bacteriana robusta y adaptable capaz de combatir los desafíos ambientales".

"Creemos que un intestino diverso es un intestino sano", dijo Krajmalnik-Brown.

Prevotella fue el más notablemente reducido en sujetos autistas, según el análisis. Se cree que juega un papel clave en la composición del microbioma intestinal humano.

Por esta razón, los investigadores llevaron a cabo una mayor investigación de las muestras de los niños autistas. Descubrieron que una bacteria conocida como prevotella copri se presentaba solo en niveles muy bajos en las muestras de los niños autistas.

“Pensamos en la prevotella como algo saludable y bueno”, señaló Krajmalnik-Brown.

Jin Gyoon Park, autor principal del estudio con Dae-Wook Kang, señaló que cree que el microbioma se puede extraer en el futuro para encontrar biomarcadores de diagnóstico para el autismo y otras enfermedades.

El siguiente paso para los investigadores es un análisis más detallado a nivel de genes destinado a sondear la función bacteriana.

Los investigadores agregaron que también utilizarán los resultados del estudio actual como una guía para nuevos estudios de tratamiento para el autismo, destinados a modificar la composición bacteriana en el intestino.

El estudio fue publicado en la revista MÁS UNO.

Fuente: Universidad Estatal de Arizona

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