Caminar a la escuela estimula tu mente

Aunque puede ser difícil de conceptualizar para la generación más joven, tal vez la abuela y el abuelo se beneficiaron intelectualmente de tener que caminar a la escuela.

Un nuevo estudio de la Universidad de Granada sugiere que caminar a la escuela mejora el rendimiento cognitivo, con una caminata más larga (más de 15 minutos) que otorga beneficios aún mayores.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado en Archivos de pediatría y medicina adolescente.

Los resultados provienen de los hallazgos del estudio nacional AVENA (Alimentación y Evaluación del Estado Nutricional de los Adolescentes Españoles). La investigación es el primer estudio internacional que asocia el modo de desplazamiento a la escuela y el rendimiento cognitivo.

Los autores analizaron una muestra de 1.700 niños y niñas de entre 13 y 18 años (808 niños y 892 niñas) en cinco ciudades españolas (Granada, Madrid, Murcia, Santander y Zaragoza).

Estudiaron variables del modo de desplazamiento a la escuela, el rendimiento cognitivo, la antropometría, como el índice de masa corporal y el porcentaje de sobrepeso y obesidad, y la actividad física extracurricular de los participantes.

Los investigadores también recopilaron datos sobre la situación socioeconómica de sus familias utilizando el nivel de logro educativo de la madre (escuela primaria, secundaria o universidad) y el tipo de escuela (financiada por el estado o privada) a la que asistían los participantes.

La información sobre el modo de viajar a la escuela provino de una pregunta que preguntaba a los participantes cómo viajaban habitualmente a la escuela y brindaba las siguientes opciones de respuesta: a pie, en bicicleta, automóvil, autobús o metro, motocicleta y otros. También se les preguntó cuánto les llevó el viaje a la escuela.

El rendimiento cognitivo se midió aplicando la versión en español de una prueba de capacidad educativa.

Los participantes del estudio completaron esta prueba estandarizada que mide la inteligencia y la capacidad básica de aprendizaje del individuo. La prueba evalúa el dominio del lenguaje, la velocidad para realizar operaciones matemáticas y el razonamiento.

Los expertos son conscientes de que en la adolescencia, la plasticidad del cerebro es mayor. Los investigadores creen que el estudio afirma que este momento de la vida brinda una oportunidad para que las intervenciones estimulen la función cognitiva.

Sin embargo, paradójicamente, la adolescencia es la época de la vida que experimenta el mayor descenso de la actividad física, y esto es mayor en las niñas. Como tal, los investigadores creen que "los adolescentes inactivos podrían estar perdiendo un estímulo muy importante para mejorar su aprendizaje y rendimiento cognitivo".

“Viajar a la escuela a pie es un hábito diario saludable, que contribuye a mantener activo al adolescente durante el resto del día y lo anima a participar en actividades físicas y deportivas.

“Esto impulsa el gasto de energía y, en definitiva, conduce a un mejor estado de salud”, aseguran Palma Chillón, investigador del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, y David Martínez-Gómez, de la Autónoma Universidad de Madrid.

Fuente: Universidad de Granada

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