Ayude a su adolescente en la transición a la escuela secundaria
Sin embargo, la transición a la escuela secundaria es tan dramática y provoca ansiedad como cuando los niños ingresan a la escuela por primera vez. Sus cuerpos son más grandes, pero pueden estar igualmente ansiosos e inseguros.
Por un lado, a menudo pasan de ser los miembros más mayores de una comunidad escolar a ser los más jóvenes. No conocen el camino por el edificio. No conocen las reglas y expectativas de los profesores ni entienden la jerarquía social que ya ha sido establecida por sus compañeros. Es probable que aumente la cantidad de tarea y que los estándares para obtener las mejores calificaciones sean más altos. Su autoestima es frágil mientras luchan con su idea de lo que se necesita para ser exitoso y genial.
Sus cuerpos están cambiando. Los cambios hormonales influyen en su estado de ánimo y su capacidad de afrontamiento. Aparece el acné. Algunos niños crecen una talla de zapato al año. Incluso cuando sus cuerpos adquieren características adultas, sus mentes tienen un largo camino por recorrer. El lóbulo frontal, la parte del cerebro que nos ayuda a planificar, priorizar, organizarnos, prever consecuencias y gestionar el cambio, no estará completamente desarrollado hasta los 20 años. Y no olvidemos que las redes sociales hacen que la privacidad sea ilusoria.
Un estrés adicional es lo que aparece en las noticias todos los días: la posibilidad de tiroteos en la escuela, violencia racial, acoso sexual, abuso e intimidación están en el fondo de la mente de cualquier niño que esté prestando atención.
Algunos niños parecen tomarse las exigencias de la escuela secundaria con calma. Pero incluso los niños más seguros a menudo encuentran que la transición a la escuela secundaria les provoca ansiedad. Los niños con desafíos académicos y / o sociales lo encuentran abrumador.
¿Qué pueden hacer los padres para aliviar la tensión? Al igual que con la transición al jardín de infantes, la participación de los padres puede ayudar. Puede tomar algunas medidas preventivas que harán que sea más probable que su hijo adolescente se adapte a la escuela y tenga más éxito tanto académica como socialmente.
- Organizar un recorrido: Puede reducir un poco la ansiedad de su adolescente si sabe cómo moverse por el edificio. Vea si puede hacer arreglos para que su adolescente camine y se oriente hacia las áreas clave (vea la oficina, el gimnasio, la cafetería, el ala donde se llevan a cabo la mayoría de las clases de primer año, etc.).
- Anime a su adolescente a que se comunique con sus amigos que van a la misma escuela. Enfrentar el caos de los pasillos ese primer día o un comedor lleno de 100 niños y sin un amigo a la vista puede ser aterrador. La experiencia es menos desalentadora si han acordado compartirla con un amigo.
- Apoye sus esfuerzos para encontrar un estilo: Los niños saben que las primeras impresiones son importantes. La forma en que se visten el primer día es una señal para sus compañeros sobre quiénes son y qué valoran. Tenga en cuenta que los estilos que tenían un significado cuando estaba en la escuela pueden tener un significado muy diferente ahora. No se preocupe por las cosas pequeñas. Crece el color del cabello. Los estilos de Jean cambian. No obstante, si tiene alguna inquietud, haga todo lo posible por tener una conversación tranquila al respecto. A veces, los adolescentes son más receptivos a hacer cambios si no sienten que están en una pelea con los adultos sobre sus elecciones.
- Asóciese con sus hijos sobre el estrés académico: Es un hecho. La secundaria es dificil. Ser proactivo. Antes de que empiece la escuela, hable sobre cómo ser útil sin hacerse cargo. La mayoría de las escuelas ahora publican asignaciones de tareas e informes de progreso, así como un calendario de eventos en un sitio web. Hable con su hijo adolescente sobre la mejor manera de utilizar esta herramienta para que se mantenga encaminado. Sea amigable pero claro que la escuela es importante.
- Tenga conversaciones sobre preocupaciones de seguridad: La violencia escolar, desde el acoso hasta los tiroteos, está en las noticias y en la conciencia de sus hijos. No podemos vivir con miedo. Podemos hacer todo lo posible para establecer una red de seguridad. Infórmese a sí mismo ya su hijo adolescente sobre las políticas escolares sobre el acoso y la violencia. Revise el plan de seguridad de la escuela. Los niños que saben qué hacer generalmente están menos ansiosos y es más probable que se cuiden solos.
- Establezca una rutina de sueño saludable ahora: Será menos sorprendente en septiembre si logras que tu hijo adolescente acepte entrar en el ritmo del día escolar ahora. Configure la alarma para cuando su hijo adolescente deba levantarse para salir por la puerta con el mínimo de estrés. Establezca una hora razonable para ir a dormir. Muchos niños informan que duermen menos de 6 horas por noche. ¡Necesitan de 8 a 10 horas! La falta de sueño provoca irritabilidad y problemas de atención, concentración y memoria. Esta no es una receta para el éxito académico o social.
- Establecer reglas de pantalla para las noches escolares: Tu adolescente sabe que las pantallas absorben el tiempo y que es difícil resistirse a revisar su teléfono. Pero conocer y establecer límites por sí mismos son dos cosas diferentes. Trabajen juntos para establecer una política familiar para las noches escolares. Por ejemplo: la tarea viene antes de la hora social en los dispositivos. Todas las pantallas (teléfonos, TV, computadora, etc.) se apagan para que haya tiempo para al menos 8 horas de sueño. Si. Será difícil para usted y su adolescente establecer reglas que se mantengan. También es probable que sus hijos adolescentes tengan más éxito si pueden aprender a usar los dispositivos de manera responsable.
- Tome la determinación de mantener su participación en un equilibrio amistoso: Su hijo está llegando a la edad adulta y necesita esforzarse por lograr una mayor independencia. Su orgullo, su idea de que deberían poder manejar las cosas por sí mismos y su preocupación por ser un "chivato" pueden hacer que los adolescentes se muestren reacios a pedir su ayuda. No obstante, necesitan el apoyo de un adulto.
El momento de hablar sobre cómo solucionar los conflictos o sus preocupaciones es cuando no hay una crisis inmediata. Hable con su hijo adolescente sobre cómo solucionar los problemas juntos. Reconozca que necesitan tiempo y oportunidades para resolver las cosas por sí mismos y espacio para crecer. Pero también reconozca que, como padre de familia, tiene el derecho y la responsabilidad de ser razonablemente protector y tener expectativas razonables.