Cuando ser pesimista puede ser algo bueno

Una actitud positiva a menudo se promociona como un ingrediente secreto del éxito empresarial. Y es cierto: su perspectiva puede afectar todo, desde sus cifras de ventas hasta su salud mental.

Pero el optimismo ciego puede dejarlo mal preparado para situaciones estresantes. Y, como todo emprendedor sabe, la presión es normal cuando se dirige un negocio.

Una nueva teoría postula que cierto tipo de pensamiento negativo en realidad puede ser beneficioso para anticipar desafíos. Esta estrategia, conocida como pesimismo defensivo, sugiere que planificar para los peores escenarios puede ser más efectivo que tratar de pensar de manera positiva todo el tiempo.

El pesimismo defensivo implica visualizar vívidamente los desafíos que pueden surgir y luego imaginar los pasos para superar los problemas. Esta práctica ayuda a redirigir la ansiedad hacia la actividad productiva.

Aprovechar el poder del pesimismo defensivo puede prepararte para la incertidumbre, que es una habilidad indispensable que todo emprendedor necesita.

Así es como el pesimismo defensivo puede tener un impacto positivo:

Serás más productivo

Los optimistas ciegos que racionalizan que "todo estará bien" pueden evitar las señales de alerta que indican una mala decisión o ser víctimas de la postergación, sin tomar las precauciones necesarias.

Los pesimistas defensivos, por otro lado, usan el ensayo mental para idear planes para manejar los problemas. Cuando se enfrentan a un desafío, entran en acción acercándose a los demás en lugar de retirarse. Se abren a nueva información y opciones en lugar de permanecer en su propia cámara de eco.

Siempre estarás preparado

Muchos emprendedores pueden relacionarse con los sentimientos cierto un lanzamiento aterrizará, solo para entrar en pánico cuando una reunión inesperadamente se vaya al sur. Los pesimistas defensivos están en ventaja en momentos como estos.

Antes de entrar en un escenario de alto riesgo, se preparan a fondo anticipando preguntas difíciles y posibles objeciones, por ejemplo. Esta previsión ayuda a los pesimistas defensivos a mantenerse flexibles (y no asustarse) cuando hay presión.

Tendrás más confianza

La positividad a menudo resulta contraproducente en situaciones estresantes como negociaciones o hablar en público. Decirte a ti mismo que "anímate y mira el lado bueno" cuando tu negocio está en juego descarta tus verdaderos sentimientos, lo que solo amplifica las preocupaciones. Es posible que se golpee a sí mismo por ser incapaz o no calificado. Y cuando el pensamiento distorsionado se apodera de ti, no puedes rendir al máximo.

Los pesimistas defensivos utilizan el diálogo interno constructivo para motivarse. Se dan cuenta de que el crecimiento profesional y personal conlleva un malestar que se refleja en su forma de pensar. No internalizan los reveses ni ven los obstáculos como fallas personales. En cambio, su diálogo interno se centra en preguntarse qué pueden aprender o cómo pueden hacerlo mejor la próxima vez.

Aprenderá a tomar riesgos calculados

Las investigaciones muestran que cuando los directores ejecutivos son demasiado optimistas, se endeudan más, lo que podría poner en peligro a sus empresas. El pesimismo defensivo protege contra riesgos nocivos al canalizar el pensamiento realista.

Por ejemplo, ante la decisión de abrir otra tienda, un pesimista defensivo analizaría el posible resultado negativo antes de tomar una decisión, mientras que un optimista puro podría decidir apostar los ahorros de su vida en la empresa sin un plan de respaldo.

Por supuesto, este enfoque difiere del pesimismo disposicional, que se caracteriza por un pensamiento fatalista generalizado que no es saludable. La idea detrás del pesimismo defensivo es controlar el pensamiento negativo antes de que se salga de control. Utiliza la imaginación realista de los resultados desfavorables para motivarse y prepararse para enfrentar el desafío, en lugar de rumiar.

¿Tienes curiosidad por saber si eres un pesimista defensivo? Puede realizar una prueba de los expertos para averiguarlo.

Incluso si generalmente eres más optimista, vale la pena probar el pesimismo defensivo. Nunca se sabe lo que se puede aprender al mirar las cosas desde otro ángulo.

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