Tumores de la médula espinal pediátrica
Los tumores de la médula espinal en los niños son raros, pero suceden. De hecho, los tumores del sistema nervioso son el tipo más común de tumores sólidos (aquellos que no se originan en la sangre o la médula ósea) que se encuentran en los niños. Los tumores de la médula espinal pueden ser potencialmente mortales si no se tratan. La siguiente información le dará una mejor comprensión de esta condición médica potencialmente grave.
¿Qué son los tumores de la médula espinal?
Los tumores espinales, también llamados neoplasias, son crecimientos anormales de tejido que se encuentran dentro de la columna vertebral. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores que se originan en la columna se llaman tumores primarios. Ya sean cancerosos o no cancerosos, los tumores en la columna pueden causar serios problemas de salud a medida que crecen y ejercen presión sobre la médula espinal. Generalmente se requiere tratamiento inmediato.
Una ilustración muestra un ejemplo de compresión de la médula espinal causada por un tumor. Fuente de la foto: 123RF.com.
Los síntomas de los tumores de la médula espinal
Los síntomas de los tumores espinales generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo. El síntoma principal es el dolor de espalda crónico. Otros síntomas pueden incluir uno o más de los siguientes:
- Dolor de espalda o cuello
- Ciática
- Entumecimiento, debilidad
- Parálisis Parcial
- Deformidad espinal
- Dificultad para controlar la vejiga.
- Fiebre
Si bien algunos de estos síntomas pueden ser difíciles de reconocer en niños y bebés muy pequeños, los chequeos regulares con un pediatra pueden ayudar a detectar muchos problemas de salud potenciales, incluidos los tumores.
Pruebas de diagnóstico
El primer paso para diagnosticar un tumor de la médula espinal incluye una discusión sobre el historial de salud del niño y un examen físico completo. Si se sospecha un tumor de la médula espinal, el niño deberá someterse a algunas pruebas de diagnóstico para descartar otros posibles problemas de salud. Estas pruebas pueden incluir:
- Pruebas de laboratorio de la sangre y el líquido cefalorraquídeo del niño para detectar la presencia de células tumorales.
- Radiografía de la columna vertebral para detectar la presencia de escoliosis o erosión ósea del tumor.
- Resonancia magnética (MRI) para una visión más detallada de las estructuras de la médula espinal y / o la ubicación del tumor.
- Tomografía computarizada para ver si hay otras áreas del cuerpo afectadas
Comentario de Curtis A. Dickman, MD
Afortunadamente, los tumores que afectan la médula espinal y los nervios son raros y a menudo son lesiones benignas no cancerosas. Los tumores benignos generalmente pueden resecarse y curarse completamente y no requieren quimioterapia o radioterapia. La radiación y / o la quimioterapia generalmente se reservan para tumores cancerosos o tumores que no pueden resecarse por completo. La apariencia microscópica del tumor después de su biopsia o extirpación (histopatología) es esencial para determinar el tratamiento adecuado de un tumor de la médula espinal.